“las leyes de la dialéctica citadas representan una verdadera modificación de las leyes lógicas formales y que, por lo tanto, los principios de identidad, de contradicción y de tercio excluso no rigen en la lógica dialéctica. Por ese motivo la lógica formal (no dialéctica) ha sido o enteramente rechazada o considerada como una lógica de nivel inferior, apta solamente para describir la realidad en su fase estable”
Sr. Zigrino debiera darse cuenta de que se propuso ese tipo de lógica al no dar la otra respuesta a todos los problemas que se le planteaban. Esa lógica de la contradicción puede funcionar si lo que pretende es superar las contradicciones y si las supera; no es que vaya a funcionar necesariamente, eso se dirá después (ya he explicado que ese método confunde el proceso de justificación con el de aplicación). Es ese el sentido de la insuficiencia de la formal como “apta solamente para describir la realidad en su fase estable”. Se pretende referir el avance a la persistencia de la problemática o contradicción ¿Ve ahora que se quiere sacar una lógica de donde la impone, que asume a priori lo que es a posteriori? Pero igualmente es conflictiva.
El parecido que encuentro entre sus ideas y las de Hegel está en que la conclusión a la que pretenden llegar es una armonización del hombre y el orden del mundo. El orden del mundo, en cuanto tal, es independiente del hombre; el orden del hombre se hace posible a sí mismo mediante el espíritu, poniéndose, de esta forma, en relación con el mundo. El desenvolvimiento del espíritu del hombre, en su historia (la historia), debiera ser el despliegue de la eliminación (supresión) de las contradicciones que lo niegan, buscando llegar al fin de esta misma historia, la de las contradicciones, “el fin de la historia”. El fin definitivo, como momento pleno en su desnudez ideal, trascendental y en sí mismo, sin nada que lo imposibilite, es el absoluto o Dios.
Mientras redacto estas líneas comprendo que cuando le he mencionado en el pasado alguna de estas ideas usted no sabía a que me refería. Pero fíjese que son el tipo de ideas que suelo criticar y es fundamental entenderlas para poder hacerlo.
Si usted estuviese interesado en aprender algo distinto de su visión del mundo, intentaría entender estas cosas que le parecen tan oscuras. Sr. Zigrino, son complejas y requieren esfuerzo, de modo que no las pretenda simplificar toscamente proponiendo bobadas sobre la profundidad. Si usted estuviese involucrado “en serio” con todo esto, propondría resolver los problemas que se encuentra. Su propuesta la recubre de afeites científicos que no lo son en absoluto y, por esa razón, se le discute tan fácilmente, porque en el fondo ni lleva razón ni tiene nada que decir. Se refiere a mis ideas como palabrerío hueco; bien, pienso que no las entiende, ni de lejos ni de cerca; le son incomprensibles. Pregúntese qué es lo que realmente está hueco aquí.
He atacado a muchos filósofos especulativos, pero siempre los he entendido. Por eso me permito criticarlos, porque sé de qué hablo. Tengo una extraña facilidad con los textos filosóficos, quizá porque destine más tiempo a entenderlos que a leerlos (algo que debieran hacer todos los asiduos a la filosofía; leer y entender, sin uno no hay otro). Usted ha propuesto que esto es una pérdida de tiempo, ¡en un foro de filosofía! Cuando en el pasado, o actualmente, he remitido a ideas de pensadores desde un lugar crítico usted no se ha molestado en entender lo que decía y, menos aún, en hacer una crítica de mi postura. Las irresponsabilidades con la historia del pensamiento de Brunge han debido calar hondo en usted.
No pretendo defender la labor especulativa de la filosofía más allá de los sentidos que ayudan a determinar las posibilidades del avance del conocimiento. Usted airea la labor científica como central y legisladora. Le admito que la ciencia debe ser maestra en la determinación, pero no olvide determinar qué. Este es un problema filosófico que atañe tanto a científicos como a filósofos.
Se remite a su web como un ejemplo de rigor y contrastabilidad, cuando son textos vagos, imprecisos y claramente ideológicos. Usted dice algo de este estilo: “El hombre considera bueno X, ese sentimiento despertado y su consiguiente uso lo hacen moral” (“El conjunto humano se caracteriza porque sus integrantes consideran “bueno” lo que desean y lo que les resulta agradable, y tan sólo por ese motivo”). Para empezar, no distingue entre la acción y juicio sobre ella. La misma recomposición de la acción empezada por el juicio hace problemático el mismo juicio, independientemente de su objeto (fíjese en que la forma del juicio va ser el soporte en el que se va a dar la realidad que ese juicio determina como acción). No quiere oír hablar de que pueda haber más buenos que X, pues sabe que se le va a complicar defender su bien incondicional. Va a tener que empezar con sus embustes sobre “si no existe el bien no hay tampoco razón para buscarlo” y demás torpezas filosóficas. Sr. Zigrino, así podría estar días enteros y a usted le daría igual. Ayer mismo, se mostró enrabietado por mi crítica a la frase de Spinoza, diciendo que quitaba la misma de su firma por el desprecio mostrado hacia él (¡un filósofo al que he acudido cientos de veces!). La crítica a la frase la hice hace bastante tiempo y la propuse, ya entonces, como falsa. No quiere verse en problemas. Tendría que poner otras condiciones para que fuese verdadera, ¿entiende? Podría haber modificado la noción de idea conforme a un absoluto inaprensible pero determinante, podría haber acudido a la irregularidad de las pasiones respecto de las formas puras de la razón, pero de eso nada. Me habló de la adaptación y, qué curioso, le saqué a Marx y ”La ideología alemana” y Darwin y Wallace (localicé ese instrumentalismo en fuentes de casi un siglo de anterioridad a la propuesta de Popper, un claro enemigo de Marx). En fin, quiere tener un arma infalible que valga para todo y me temo que todavía es pronto para ello.
Sr. Zigrino, le voy a hacer algún comentario más con la intención de mejorar los temas y debates. Desde hace un tiempo blinda las discusiones y no atiende a lo que se le dice. Llega un momento en que no hay por donde seguir (terminamos en hueco). Usted pretende que defiende la verdad y esas cosas lindas, pero lo que hace es esconderla. Ese hermetismo no es verdadero, es huidizo e inseguro. En una situación parecida me he encontrado en alguna ocasión con Alfeón, pero he de decir en defensa de ese forista, que él sí tiene algo que decir, aunque no sea verdad.
No obstante, Sr. Zigrino, me alegraría que mis críticas no las enfocase hacia su persona, sino hacia sus ideas. La crítica consiste en eso.
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