A partir del viernes los católicos podrán escuchar la misa en latín
Todo parece indicar que la entrada en vigor del decreto (motu proprio) del Papa que satisface una antigua reivindicación de las corrientes tradicionalistas de la Iglesia Católica, se llevará a cabo con mucha discreción.
La antigua misa en latín, llamada 'de San Pío V' en su versión más reciente (1962, bajo el papado de Juan XXIII), podrá ser celebrada por los sacerdotes y los fieles que la soliciten, según el decreto divulgado por el Vaticano el pasado 7 de julio y firmado por el pontífice.
Los sacerdotes de las parroquias deberán a***** 'de buen grado' las solicitudes de los fieles, que hasta ahora han sido
pocas.
Benedicto XVI dio de plazo hasta el 14 de septiembre a los obispos para que se organicen de manera de cumplir con las
solicitudes de los fieles.
Ninguna manifestación o celebración oficial ha sido organizada en el Vaticano para festejar la rehabilitación de un rito que fue abolido después del Concilio Vaticano II, la asamblea que
modernizó la Iglesia a mediados de los años 60.
Los obispos tienen un plazo de tres años para comunicar sus sugerencias y opiniones al Vaticano sobre el tema.
El cardenal que más impulsó la rehabilitación de la liturgia 'tridentina', el colombiano Darío Castrillón Hoyos, celebrará una misa en latín el viernes, pero lejos del Vaticano, en el santuario de Loreto (centro de Italia), según indicaron
fuentes religiosas.
El Papa no tiene por ahora previsto oficiar alguna misa según el rito tridentino.
Otro cardenal, el italiano Carlo Maria Martini, de 80 años, considerado entre los prelados más progresistas del colegio cardenalicio, advirtió que no oficiará jamás una misa en latín y elogió las liturgias modernas, en el idioma del país en que se celebran, por ser más comprensibles.
El Papa justificó su decisión de autorizar la misa en latín como un gesto de 'reconciliación' dirigido a los fieles que 'siguen muy apegados' a esa liturgia, en general la de su
infancia.
Esta decisión favorece al movimiento ultraconservador lefebvrista, que cuenta con unos 600.000 fieles y 500 sacerdotes
en 26 países, en particular en Francia, Estados Unidos, Brasil y Alemania.
Por su parte, las organizaciones judías protestaron por la autorización de ese rito, ya que en una de las oraciones del
misal se invita a los judíos a convertirse.
Para el obispo italiano Rino Fisichella, tal oración 'no ofende a nuestros hermanos judíos'.
El obispo Fisichella defendió la rehabilitación de la misa en latín y rechazó que se trate de un retroceso para la Iglesia como sostienen algunos críticos, según explicó en una entrevista a la prensa italiana
fuente :cadena 3internacional
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