Llegaste a mi vida justo cuando había perdido ya toda sensibilidad,
Llegaste a mi vida cuando mi corazón había olvidado como cantar,
Llegaste y, sin darte cuenta, le enseñaste de nuevo a mi corazón como soñar.
No te lo propusiste, ni yo lo esperaba, pero sucedió.
Encontré de nuevo en mi vida la alegría que se había escapado
Entre mis rendijas sin avisar.
Y en mis labios hay sonrisas sin razón aparente
Mis ojos tienen ahora su brillo particular
Y mi corazón no deja de cantar.
Y eso te lo agradeceré a través de la distancia
Que hiciste que me alegrara otra vez
Con sólo saber que estás ahí.
(Porque las amistades deben agradecerse desde el fondo del corazón)
Marcadores