LOS MARAVILLOSOS SEIS DÍAS
En cuanto a la Creación en meramente seis días, existen igualmente modos científicos de resolver la cuestión. A partir de las observaciones de Edwin Hubble en 1929, se considera que el universo está en constante expansión. Ello significa que los objetos estuvieron en el pasado más cerca uno del otro, e incluso en un momento, supuestamente hace unos quince mil millones de años, cuando la densidad del universo era infinita, todo estaba exactamente en el mismo lugar.
De ello puede deducirse que, cuando el universo era infinitesimalmente pequeño e infinitamente denso, hubo un Big-Bang del que derivó todo. Ese Big-Bang es eminentemente compatible con la Creación.
Einstein ha demostrado la relatividad del tiempo, cuyo fluir es más lento a medida que aumenta la gravedad en un lugar determinado. Cuando se mira un sistema de baja gravedad desde uno de alta gravedad, la imagen parece como un video a alta velocidad. Para imaginar la posibilidad de mirar todo el universo desde afuera, como un sistema cerrado, debemos considerar que la masa total es 1056 gramos, y el radio es diez mil millones de años luz. Un físico nuclear del Instituto de Tecnología de Massachussets, Gerald Schroeder, se tomó el trabajo de hacer los cálculos pertinentes, y llegó a la conclusión de que, una conciencia que abarcara todo el universo, experimentaría el campo gravitacional producido por la masa total, para la que el tiempo fluye un billón de veces más lentamente que en la Tierra.
Por lo tanto, esa conciencia que mira el universo desde su "borde", vería transcurrir apenas un minuto mientras en la Tierra pasarían un millón. Y eso reduce los 15 mil millones de años a... seis días.
En otras palabras, mientras para relojes que actúan al potencial gravitacional actual, transcurren miles de millones de años, para un sistema que incluya todo el Universo, pasarían sólo seis días. Esa sería la perspectiva para un Creador Infinito. O como lo expresa el salmo 90: "Mil años son ante Ti como una noche fugaz". Los seis días del Génesis son en suma días divinos, y por eso la Torá tiene una manera distinta de referirse al tiempo si es antes de Adán o después de él. Los días divinos son una cosa, y otra es nuestra experiencia temporal.
Los treinta primeros versículos de la Biblia describen los quince millones de milenios de la historia cósmica, que comienza con la creación del único elemento del universo con una estabilidad invencible – la luz y su velocidad. Ese "primer componente" de la naturaleza no casualmente es el único que se menciona expresamente al ser aprobado. En las otras seis ocasiones "y vio Dios que es bueno" en términos generales; con respecto al parámetro inicial "y vio Dios la luz, que es buena".
De todos los relatos antiguos acerca de la Creación, sólo el de la civilización hebrea permite el escrutinio de una aproximación científica. O en términos de Maimónides, los supuestos conflictos entre la ciencia y la Biblia pueden surgir o bien de la carencia de conocimientos científicos o bien de una defectuosa interpretación del Libro de los Libros.
Marcadores