Dejar morir una musa es igual que dejar morir gran parte de tu alma, por eso hoy me convierto en homicida y le doy muerte a una gran parte de mi, la dejo caer, como cristal en el suelo, veo como se destruye, pero sonrío y lloro al mismo tiempo pues paso de ser algo importante a algo que valdrá mucho menos.
Por ahora solo amo esta copa de vino, la que cubre mi mente de poemas sobrecargados de pinceladas de rencor, aunque aun recuerdo ese olor a melón y vainilla, lo recuerdo, espero algún día poderlo olvidar. Gracias por las grandes historias, fue un placer escribir por ti y para ti, no tomes esta como un hasta luego porque es un ADIÓS.
Te veo morir mientras odio el humo en mi cara.
Marcadores