Ya sabemos que no hay ninguna mención de Jesús entre los años 7 a. C- 33 d. C
Algunos autores de la época, se interesaron por los asuntos hebreos, pero de Jesús no nos dicen nada. Unos ejemplos de ellos son Plutarco y Séneca.
Esto, es algo extraño, ya que según la Biblia, Jesús era todo un fenómeno en Palestina, ya que estaba siempre sanando enfermos, resucitando muertos, alimentando a 5000 personas con 5 panes y dos peces, etc.
¿Por qué este silencio? ¿Se trata de una conspiración de silencio, como dice irónicamente el historiador Earl Doherthy?
Más tarde de la supuesta muerte de Jesús, otro autor romano visitó Palestina, y no habla ni de Jesús ni de los cristianos, aunque si habla de los esenios, que son anteriores al cristianismo.
Ahora tenemos a Pablo, que escribió la mitad de sus epístolas entre los años 51 y 63 d. C.
En tales epístolas no se habla de un personaje de carácter histórico, sino de una alegoría del Yahvé judío, a la semejanza de otros mesías como Krishna, Mitra, Osiris, etc. (De esto ya hablamos en otro tema).
Los evangelios son escritos en torno a los años 60 d. C (3 décadas después de la supuesta muerte de Jesús).
¿Por qué estos escritos se escribieron tan tarde de la muerte del mesías?
La respuesta es también simple: Esta nueva secta judía querían darle carácter histórico a su mesías, como habían hecho anteriormente los romanos con su Hércules.
Las demás menciones de Jesús son posteriores a la redacción de los evangelios.
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