Las teorías sociológicas actuales tienden a suplantar a los antiguos sistemas filosóficos. Al menos deberíamos establecer sistemas descriptivos fundamentados en aspectos evidentes y observables para, luego, encontrar una sugerencia práctica que oriente al individuo en su accionar cotidiano. Todo accionar orientado hacia el bien común ha de ser una ética propuesta. Lo que el hombre y la sociedad deben ser, constituye simplemente una optimización de lo que el hombre y la sociedad son. No debemos “diseñar” un nuevo hombre y una nueva sociedad, sino tan sólo mejorarlos luego de realizar una descripción básica de sus atributos fundamentales.
Como se vio antes, el marxismo presenta fallas evidentes en cuanto a los fundamentos económicos que sustentarán a la sociedad propuesta. También podemos indagar respecto de la actitud ética asociada. Para ello se citará un resumen realizado por Florencio José Arnaudo en el libro “La lucha ideológica” de EUDEBA:
Afirmaciones básicas del marxismo-leninismo:
1) No hay normas permanentes de moral. La moral es relativa
2) La moral depende de las condiciones económicas y es diferente para cada época histórica y para cada clase social.
3) La verdadera moral florecerá cuando se creen óptimas condiciones económicas, una vez que se haya establecido la sociedad comunista.
4) Mientras tanto el correcto proceder moral consiste en colaborar con la evolución histórica y procurar por todos los medios el advenimiento de la sociedad comunista.
Observamos que no existe una ética propuesta que toma como referencia al orden natural, sino que hace referencia principalmente al “orden artificial” propuesto por Marx.
Existiría una moral relativa si diera lo mismo amar a las personas que odiarlas. Daría lo mismo compartir sus penas y alegrías que burlarse y envidiarlas. Podría ser tan feliz el niño que es amado por sus padres que el niño despreciado y maltratado. Pareciera que todo es una cuestión convencional. Imaginemos a un educador que le dice a sus alumnos: “No existe el bien ni el mal. Ninguna conducta garantiza que con ella obtendremos la felicidad. Todo depende de las convenciones sociales aceptadas por la sociedad. Hagan lo que quieran.”
Si no existe un camino mejor que otro, es inútil buscarlo. Si no existe el Bien, es inútil buscarlo. Sin embargo, aún el simple perrito, que nada entiende de convenciones sociales, siente el afecto de su amo, asocia su alegría a ese afecto y su tristeza a su ausencia; incluso puede sentir celos, como si se tratara de un ser humano. Estos aspectos evidentes y observables, son desconocidos deliberadamente por los que suponen la existencia del relativismo moral, una postura defendida por los antiguos sofistas griegos.
Con las profundas fallas en economía y en ética, resulta verdaderamente asombroso cómo el marxismo ha llegado a ser tan importante como ideología. De todas formas, no debemos olvidar que hace tan sólo unas décadas, las figuras influyentes en el mundo eran Hitler y Stalin, que incluso superaban en perversidad a emperadores romanos como Nerón y Calígula.
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