Recuerdo que en mis años mozos aprendí muchas cosas siempre y cuando cumpliera con una condición sine qua non : debía "*****", es decir, captar plenamente el meollo de lo que deseaba aprender.
El proceso "psilocógico" de aprendizaje es a la vez sencillo y complejo. Se aprende mejor lo que se comprende bien. No sólo en nuestros "años mozos", sino permanentemente.
Siguiendo el sabio precepto : "Ce qui se conçoit clairement s'énonce aisément".
Y también aprendí gracias a mis buenos maestros, quienes eran bastante buenos psicólogos con sus alumnos ...
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