Los sueños no deben morir
Solo aquellos que son rosados
Los que con los años se marean
Se ajan con las gotas de olvido
Con las adversidades del tiempo
Que se quiebran entre noches
Embriagantes sofismas duraderos
Espejismos infalibles
Mentiras verdaderas insistentes
Ocasos perdidos
Al interior de los ojos incrédulos
Que verifican las heridas del alma
Y su canto agónico
Cuando todo se acaba de nuevo
Sí... de nuevo y sin tregua
Los sueños no deben morir
Entre la distancia de las lágrimas
Entre los surcos del abandono
Al final de un camino brumoso
Se mantiene la esperanza
Refundida entre voces infantiles
Entre dulces y poemas bellos
Entre besos tiernos
Y miradas contundentes
Los sueños no deben morir...
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