Sé que el sol existe, se constata todos los días en la luz de la mañana o en el sudor de mi piel.
Sé que la lluvia existe, cuando cae, resbala en los paraguas o empapa mis zapatos y mi camisa.
Alguien ha oido o dicho alguna vez, creo en el sol, creo en la lluvia?, seguro que no, puede que en nuestro deseo que ocurra hayamos dicho, creo que lloverá mañana, pero no estamos seguro ni sabemos si sucederá, es por eso que utilizamos el verbo creer.
Creo en mis amigos, solemos también decir, pero no sabemos a ciencia cierta si nos fallarán por el motivo que fuera, o también, creo que podré ayudarte amigo mío, pero quién nos asegura que no sucederá un evento imprevisto que nos haga incumplir la promesa?.
Los cristianos razonables suelen utilizar el término creer con bastante frecuencia, pero dormitan con la duda existencial, es lógico, pues no tienen conocimiento de dios, se atreven como mucho a justificarlo con la vida, con los pequeños y grandes milagros de nuestra madre naturaleza, pero no lo saben ciertamente y confían solamente en la fe que dios suceda, lo necesitan.
Los cristianos irracionales dicen, dios existe y si no te das cuenta eres tonto, es que no tienes fe y además eres mala persona, los cristianos irracionales hablan sin parar del amor pero no lo profesan y al menor ataque, muestran su ira, la misma que los fanáticos escritores de la biblia, que necesitaban inculcar con la fuerza y el miedo todas las dudas de sus creencias inestables.
Cuando conoces no haces preguntas ni necesitas demostrar, los hechos muestran la verdad e intentas conocer mas, cuando crees, te quedas estancado, te cierras a la sabiduria, esperando que todo aquello en lo que crees termine por suceder, muchos mueren con esa maldita obsesión sin haber encontrado nada.
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