Idem se muere.
Tres palabras que no consigo tragar.
Se apaga lentamente, sin hacer ruido, tan discreta como ha sido siempre.
Idem se me muere.
Y yo me tumbo a su lado intentando que sepa lo mucho que la quiero, lo mucho que me hace falta.
No puedo dejar de besarla, de acariciarla, como si tuviera que darme prisa para que sepa todo lo que tiene que saber antes de irse, porque ese viaje tiene que hacerlo sóla.
Abro mucho los ojos y aprieto los puños, para que no me vea llorar, para que no me vea triste.
Se pasarán los dolores, gordi, y correrás por la playa, como te gustaba.
Idem se muere y un cacho inmenso de mi también.
Descansa, mi vida, descansa.
Besos;
Ruth
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