El legado de un lobo hambriento.
En este momento no existen traumas ni complejos, ni timidez, ni sufrimiento y si existe tal sufrimiento es recibido como placer por nuestros poros ya que el sudor los amortigua de esa manera, lo relaciona con las pequeñas cosas que podemos llamar placer. Sobrecarga de pensamientos insanos son los que corren por nuestras mentes corruptas e hipócritas al exterior, sobrecarga de sexo, de pasión, de fetichismos, de maniacos que se esconden tras las telas de las sonrisas falsas.
El movimiento libre de tus caderas me hace ver el mundo de mil maneras y me llena de dudas, de emociones y fuerzas que llegan de un lugar que no sea esta maldita tierra, de oriente, tierras extranjeras que tienen de forma Standard el sabor a erotismo en las partes, pero ¿Cómo lo diablos haces tan libre si estas presa entre mis piernas?
Comer y tomar el néctar que derrama el punto exacto que te hace mujer es mas que un placer para este pequeño lobo hambriento, caer rendido a tus pies, nadar en ellos, darle besos y creer que es dulce para mis labios, para mi gusto es mas que el manjar de reyes en algún universo lejano, cree de mi lo que quieras, que soy un enfermo, un bizarro, pero aquí muero como niño que no busca mas porque ha encontrado, tu siervo a la hora de ser el devorador de tus deseos, creador de tus gemidos y sonrisas, el que te ama, el que te da cinco segundos de escaso oxigeno, el que te escribe y describe a perfección, tu artista, el que te dibuja con sus manos, tu ilusión, tu fantasía.
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