Resulta interesante, y a la vez paradójico, que la lectura de grandes pesimistas como Cioran o Bernhard, resulte alegre, incluso humorística. Sin embargo, la lectura de optimistas fingidos o de voluntariosamente optimistas resulta un tanto deprimente. Este fenómeno ha de tener su explicación y no debe ser muy diferente de la que nos aclare por qué simpatizamos antes con los pícaros o tunantes que con los santurrones...

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[URL=http://garciaweil.blogspot.com/2007/05/la-represin-psicolgica-del-pesimismo.html] La represión psicológica del pesimismo[/URL]