Un segundo sin pensarte es tan eterno que el corazón se me hace charco.
Una sonrisa sin que seas tú el motivo es tan absurda como abrazarse al viento.
Una palabra dicha sin que la oigas se vuelve un puzzle imposible de montar.
Un poema que no lleve tu nombre no tiene ni pies ni cabeza, ni sentido, ni calor.
Un beso;
Idem
Marcadores