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Oscar Javier
En la actualidad el estilo de vida de la población ha cambiado; mientras hace años los niños se pasaban el día jugando en la calle, ahora dedican buena parte de su tiempo de ocio viendo la televisión, los ordenadores y las videoconsolas.
Una de las consecuencias más graves de este cambio, unido a un empeoramiento de los hábitos alimenticios es el aumento de la obesidad infantil y juvenil en España. Así lo demuestra un estudio de la Universidad de Castilla-La Mancha (Toledo) que fue presentado la semana pasada en Madrid.
Los orígenes del trabajo Evidencia Científica en la Prevención del Sobrepeso en Escolares: estudio de Cuenca, se remontan a 1992, cuando se empezaron a controlar los niveles de colesterol y obesidad en niños de 10 años de esta provincia. Desde entonces y hasta 2004 los niveles de colesterol LDL disminuyeron de 109,95 a 88,56 entre los niños y de 118,1 a 91,24 en las niñas, y los de HDL se incrementaron de 58,9 al 69,9 y de 61 al 64,4 entre las niñas (ver gráfico). A pesar de estos datos, el sobrepeso y la obesidad se incrementaron, según se refleja en el auge del índice de masa corporal (MC), que pasó de un 18,71 a 19,09 entre los niños y de 18,3 a 19,14 entre las niñas.
Datos paradójicos
Entonces, los expertos vieron que era paradójico que mejorara el perfil de lípidos y, al tiempo, aumentara la obesidad. Por eso pensaron que el aumento de peso era un problema de sedentarismo.
Para comprobar esta sospecha, licenciados en Ciencias del Deporte diseñaron un programa de actividad física de carácter lúdico y no competitivo de cuatro horas y media semanales para potenciar el trabajo cardiorrespiratorio, la fuerza y resistencia muscular, y flexibilidad en horario extraescolar.
Hay que moverse
Antes de aplicar el programa, en 2004 más de mil escolares conquenses se sometieron a distintas pruebas para registrar los datos de IMC y perfil de lípidos, entre otros. Tras dos años de ejercicios programados se repitieron las mismas pruebas y el nivel de sobrepeso se había reducido en un 6 por ciento en las niñas y un 2 por ciento en los niños, demostrando que la actividad física es una de las formas más efectivas para combatir la obesidad.
Por: Correofarmaceutico.com
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