Lo más sano es olvidarte.
Mi corazón me lo dicta, antes como en susurros que apenas escuchaba, ahora ya ha llegado a gritar.
Mis arterias se revuelven cada vez que tu nombre circula por ellas, empeñándose en darme señales de que nunca has sido saludable para mí. Antes apenas lo notaba, no quería darme cuenta, era como un cosquilleo, ahora tu nombre arrastra tejidos vitales perdiéndolos en abismos.
Colapsas en general mi vida, como si plantaras barreras delante para que avanzar sea mucho más costoso y difícil. Se me agria el humor, y el amor.
Lo más sano es olvidarte, tres veces al día, después de cada comida, y sobre todo, tomar una dosis grande de olvido cada noche.
Besos;
Idem
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