“Mesías” es una palabra hebraica cuyo significado es “ungido”. Ese significado es el mismo de la palabra Cristo en la lengua greca.
Durante la sufrida historia de Israel gradualmente se desenvolvió la esperanza de que un día en el futuro habría de se manifestar un Mesías victorioso, que vendría librar los judíos de sus opositores y establecer un reinado universal, cumpliendo así las promesas de Jehová.
Había esa esperanza mesiánica entre los profetas en Israel en la forma de “espíritu del Mesías” o “espíritu de Cristo” (I Pedro 1:11), la cual traía una expectativa de liberación y redención, sin revelar, todavía, el tiempo en que ese Mesías habría de se manifestar.
La ansiedad de Jehová para levantar luego un Mesías era tanta que por poco un pagan llamado Ciro, rey de la Persia, no es tornado el Mesías definitivo para Israel (Isaías 44:28 y 45:1). También Zorobabel (Hageo 2:23) y algunos de entre los Macabeus fueran supuestos para el cargo de Mesías de Israel.
Juan Batista precisó dejar claro que el no era el Mesías aguardado (Hechos 13:25), pues el pueblo llegó a identificarlo como “Cristo”.
Otro de los muchos que fueran confundidos con el verdadero Mesías estaba un hombre llamado Teudas, como dice Hechos 5:36.
Oswaldo
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