Ya no me acuerdo.
No recuerdo el color exacto de tus ojos, ni si tus manos eran grandes y fuertes…sólo sé que me hacían sentir segura, las dos cosas, tus ojos y tus manos.
Ya no me acuerdo de las estupideces con las que nos reíamos a carcajadas, ni de tu forma de caminar...pero recuerdo las risas en la parte trasera de los autobuses y a veces, si me empeño, siento que sigues caminando a mi lado.
No recuerdo tus motivos para llorar, ni las veces que nos dijimos esas dos palabras gastadas sintiéndolas de verdad...sólo sé que tus lágrimas me desgarraban el alma, aunque fueran de cocodrilo, y que hace demasiado tiempo que nadie desgasta esas palabras conmigo.
Ya no recuerdo si eras tú el que me abrigaba, sólo sé que en nuestras noches nunca pasé frío.
Ya no recuerdo nuestras citas, pero me atormentan las prisas antiguas por encontrarte en el mismo lugar de siempre.
Ya no estás…pero estás.
Inútil negarlo.
Besos;
Idem
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