Cierra los ojos
y dime con el silencio
si mienten los mios,
aprieta tus labios
sobre la sal
que la pena derrama
en mis mejillas,
y si en ese mar
no peligras
y te sientes segura,
cree entonces
la verdad
de la promesa,
la misma de mi boca
cuando te besa.
Pero marcha
si mi abrazo
te apresa,
prefiero seguir los pasos
sin camino
antes que ahogarte
en un vago destino.
Marcadores