Anécdota…..
Me parece divertido contarles esto y saber como lo ven las mujeres y como los hombres.
Paso a contarles…..
El sábado llegó una amiga desde otra provincia, que volvía para buenos Aires, luego de la separarse de su marido.
Organizamos una salida con su hermana y una amiga más y nos juntamos a desayunar en un bar porteño muy lindo.
Junto a nuestra mesa un hombre, de unos 30 años , leía su diario mientras comía un browni acompañado de una taza de café con leche.
Nosotras charlábamos acaloradamente sobre temas que iban desde la profesión al amor y del amor al análisis de la vida y de la existencia del más allá.
Este apuesto hombrecito, nos miraba y no podía concentrarse en su lectura. Mientras, de a una, comenzamos a observarlo un poco más. Tenía un lindo porte, una mirada encantadora y una altura ideal. Pronto comenzamos a realizar un juego cómplice de miradas entre nosotras, pero sin interrumpir nuestra interesante charla.
Terminado nuestro desayuno de tres horas, pagamos la cuenta y nos marchamos. A la media cuadra yo les pregunto a las dos solteras, que opinaban sobre el hombre sentado al lado nuestro. Ellas me comentan que era un agradable exponente del sexo masculino y yo les propongo que le dejen el teléfono de cada una.
Primero aceptan pero después se arrepienten, piensan que van a quedar mal. No da ¿qué va a pensar el tipo? .
Continuamos caminando y les pregunto: ¿Qué tal si es el hombre “ideal” para alguna de ustedes?. Frenan el paso y deciden anotar el teléfono de cada una, entre sonrisas histéricas y una sensación de haber regresado a los 17 años….
Junto con mi amiga separada, encaramos el regreso al bar y las otras dos se alejaron caminando, como no haciéndose cargo de la situación.
El hombre continuaba leyendo su diario y nosotras, con papel en mano, nos dirigíamos con toda dedición a su encuentro….
Lo teníamos de frente, cuando mi amiga le deja un minúsculo papelito con 2 teléfonos y le dice: -Estos son los teléfonos de nuestras amigas, llamalas si querés!.
Fue muy interesante ver la cara de este hombre y su movimiento corporal, ante tan sorprendente situación. Miró fijo, cruzó sus brazos y escondió una gran sonrisa entre sus manos. No dijo nada, luego nos miró hasta que lo perdimos mientras salíamos del bar.
Continuará…
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