Pensé que no iba a volver a sucederme, que no iba a volver a sentirlo… pero la vida me hizo una jugarreta…
Te vi y todo mi cuerpo comenzó a temblar como la primera vez que estuve en tus brazos, a temblar como si fuese una hoja a punto de caer del árbol, temblé y no pude controlar mis manos y mi ser completo.
Y me hiciste sentir nerviosa, tanto que sentía que no podía coordinar mis palabras con lo que estaba sucediendo… traté de huir, de correr los más lejos posible para que no vieras mi nerviosismo… pero mis piernas no respondieron y me quedé ahí sin saber que decir o como actuar.
Y a lo mejor te diste cuenta de mi desazón, no lo sé… Pero todavía me haces estremecer con sólo tu presencia, ¿Quisiera que fuera así? No, la verdad es que no. Porque me duele, porque me hace daño, porque me entristezco, porque te extraño estando tu enfrente.
Y quisiera saber cuando cambiaré este “todavía”… Todavía te recuerdo, todavía te anhelo, todavía te quiero… sí, te quiero, lo siento pero es cierto.
Marcadores