No me dio tiempo
para verle la crisálida:
es que el viento del sur
suele ser muy recio
y nunca espera;
no se apiada siquiera de la roca
ni del frágil ser
que callando
se le adapta.
Diría más bien
que es como aire estruendoso
que todo lo adelanta
y no respeta ni los ciclos.
Y así surgió la mariposa...la mía
Un milagro en pleno ventisquero,
una vida fluyendo
en las condiciones más ingratas.
Como un presagio
le vi el signo del viento austral
dibujado en las alas.
Y todo el arte se me iba en vuelo
montado en un insecto:
la más núbil mariposa,
pero no pude tomarla.
Y bajo el sol meridional
busco huellas en el aire
¿Cómo será el rastro
de quien no deja pisadas?
¿Serán las mismas marcas
de lo escrito en el agua?
No me dio el tiempo entonces
para conocerle la crisálida,
y todo lo que hallé
fue como un enjambre
de hojuelas mutiladas
en la locura del vértigo.
¿Sabías que
nunca hay día sin viento
en Patagonia?
y aún así
sobrevuelan mariposas
por las aguas heladas.
Pero ésta andaba
con las alas
demasiado fragmentadas
y le fue corto el trayecto:
nadie le hace frente al torbellino austral
cuando ni la estepa siquiera
le sirve de muralla.
No obstante,
intentaré rescatar el pictograma
La señal irrepetible,
la impronta...
y ese nombre
que sólo yo veía en sus alas
Porque
¿Quién sabe si algún día
regresa transformada?
Para vos, versos desde el Sur
No-Nirvana
06/12/06 - 23:55
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