Karl Buhler fue filósofo y psicólogo. Lo conocí, como a casi todos los autores que estudié en esa época, de la mano de Karl Popper. La influencia que supuso en mi desarrollo Popper es enorme y difícilmente comparable a la de nadie, con la excepción de Kant, Schopenhauer u Oscar Wilde. Estudié a Popper aun sabiendo que su interés era principalmente por al mundo de la ciencia. Por méritos sólo atribuibles a su pensamiento, entendí que su obra era más rica que la teoría de la ciencia, la filosofía de la ciencia u otras muchas cosas que se dicen, con gran verdad, sobre él.
Buhler propuso una teoría del lenguaje en la que se podían distinguir varias funciones: expresiva, indicativa, estimulativa y descriptiva. Esta teoría es muy fértil en cuanto trabajamos con esas funciones como teorías, en el nivel objetivo. Popper en su examen de doctorado le propuso a Buhler (que formaba parte del tribunal) la falta de una más, la argumentativa, que fuel fundamental para el criticismo de Popper.
La obra de Buhler es interesante, creo que no es comparable a las reflexiones de Darwin sobre la expresión, de un incalculable alcance en teoría moral, psicología, filosofía o sociología, Darwin se centró en la expresión. Buhler hizo una proposición más extendida. Buhler usó procedimientos propios de la fenomenología. Recuerdola cantidad de aplicaciones que ví en su pensamiento: epistemología, teoría del arte, teoría del cine, …. . El problema de las visiones funcionalistas es que puedan ser demasiado pasivas, y siempre intervenimos en nuestro mundo. Las posturas pasivas no se pueden dar en el hombre, podemos no atender, no tener relación con lo que se nos presentó, pero desconocemos el desenvolvimiento de esa herencia. Este es un terreno muy propio para la especulación y para la novela del espítitu. Sucede que no todo lo que se le da al hombre cae bajo el entendimiento. El psicoanálisis se desarrolla como teoría en el cuarto oscuro del hombre, sin atender a la lógica formal, pero con una lógica aterradora, como decía Borges. Buhler vivió en los días del desarrollo de la teoría de la gestalt, que tuvo mucha influencia en psicología y filosofía. Creo que las formas de organización ya estuvieron definidas con bastante acierto por Kant, pero el conocimiento no se puede concebir como algo estático (acierto de la noción de funcionalidad).
La crítica de Popper a Buhler fue apreciada por Buhler. La reformulación propia del criticismo racional tiene mucho de evidencia y mucho de original. Toda teoría es recompuesta por la razón, dando una nueva visión de la teoría., una nueva teoría, o simplemente una nueva representación. Para Popper somos racionales, esa es una de nuestras propensiones; y también somos creativos, otra propensión. Esta visión parece casi humanista; y en un hombre que era tan racionalista, es de tener en cuenta. Estoy de acuerdo en que podemos ser racionales, en que podemos tener teorías racionales y en que las podemos criticar racionalmente; pero más allá de la forma categorial, podemos ser o “no racionales”, no ser “racionales”, modificar las categorías o estar equivocados. No es un problema de definición si el uso de teorías “no racionales”, o falsas, entra dentro de la forma racional; son dos momentos distintos el de justificar una proposición usada y el de usarlo. Popper analiza la lógica del desarrollo científico en lo que él situaba como “mundo 3”. Los otros dos mundos le interesaban en tanto que se podían conocer a través él, a la vez que lo nutrían. Esta postura se podría llamar racionalismo radical, y Popper se sentía orgulloso de ser un racionalista. Ël, que tanto odiaba a Hegel, y aun considerando su filosofía la más acertada prolongación de la filosofía de Kant, creo que como el otro filósofo limitó su visión por un atracón: uno de realidad y el otro de idealidad. Popper buscaba con su actitud la solución a los problemas desde una postura racional, y no quería saber nada de espíritu de contradicción. No sé por qué tenían que ser incompatibles -contradictorios- los niveles racionales e irracionales desde un pensamiento como el suyo, que explicaba cómo se desarrollaba el conocimiento. Usamos teorías, que serán buenas o malas, pero el problema aquí, el “qué pensar”, es cuáles usamos y cómo las usamos, no si son buenas o no. Mi teoría de la contradicción busca localizar la raíz de la contradicción, bien para superarla (en el sentido de corregirla), bien para ver sus limitaciones en el proceso de aplicación. La base de mi teoría tiene un enorme influjo popperiano, porque el autor de las teorías, su contenido o el futuro de las mismas, son cosas distintas. Ëso se da en el mundo 3.