Cuando duele el estómago, cuidas las comidas.
Cuando duelen los ojos, hay mil colirios que les devuelven su color natural, que hacen que llores artificialmente o que dejes definitivamente de llorar.
Cuando la garganta es la que da guerra, existen jarabes milagrosos y caramelos de miel y limón que te ayudan a pasar el mal trago.
¿Pero qué haces cuando duelen los cachitos de ti que ya no tienes?. ¿Aquellos que regalaste?
¿Cómo se cura eso?. ¿Cuál es la pócima secreta para recomponer el alma?.
¿Qué doctor puede curar las miserias?.
Y...¿qué hacer cuando piensas que la vida debe estar en otra parte y no donde tú estás?.
¿Hacia dónde te mueves entonces?.
Cuando el corazón se resquebraja, no hay cardiólogo que encuentre solución posible, porque NO HAY solución posible.
A mí me duele lo que no se ve.
Y la culpa es mía. Por creerte, por querer hacer de tus medias palabras, palabras completas, como si el simple hecho de completarlas, las convirtiera en certezas...sin darme cuenta de que las medias verdades, siempre son medias mentiras.


Besos;
Idem