Por primera vez sentí tus labios buscando los míos, mordiéndoles con suavidad mientras mi corazón estallaba en un éxtasis indescriptible.
Y todo lo que soñé e imaginé no se compara con la realidad de poder sentir la suavidad de tus labios y la tibieza de tu boca, de envolverme con el aroma de tu cálido aliento.
Tus caricias fueron el oasis donde mi alma anhelante encontró al fin resguardo y tranquilidad mientras que tus besos le servían de sustento.
Y me perdí en tu ser y no quiero encontrar el camino de regreso.
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