El fuego siempre desempeñó un rol muy importante en la vida del hombre. Así como la Biblia indica que se requería para refinar, forjar y fundir metales, cocinar alimentos, climatizar las viviendas, ofrecer sacrificios e incienso, asume también el poder consumidor y destructivo del fuego.
Es bien conocida la expresión "prueba de fuego", como para señalar algo que se tiene que sortear y que ha de ser definitorio.
Una de las primeras teofanías de YHVH fue la de la "zarza ardiente" (Exodo 3: 2); también la columna de fuego nocturna que conducía al pueblo israelita por el desierto y que luego se posó sobre el tabernáculo para indicar así la presencia de YHVH (Exodo 13:21 - 40: 38 ).
Hay múltiples ejemplos "fogosos"
que si lo desean consideraremos oportunamente. (Ezequiel, capítulo 1, por ejemplo). También se describe su empleo a los fines de ritos paganos, como ser la quema de niños en el Valle de Hinón (Jeremías 7:31).
YHVH se definió a Sí mismo como "Fuego Consumidor": Deuteronomio 4: 24, expresión que retoma Pablo en Hebreos 12:29.
En el Cantar, uno de los amantes da a entender que el AMOR es FUEGO, en el bellísimo fragmento de Cant 8: 6 y 7 que transcribo a continuación, según Reina-Valera 1960:
"Ponme como un sello en tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor; duros como el Seol los celos. Sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama*.
Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán lo ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo despreciarían".
*Por "fuerte llama" ciertas traducciones versan "llama divina" o "la llama de Yah".
Y ahora, para concluir este primer epigrama sobre esta temática, un texto de Isaías:
Is 33: 13 al 17
"Oid, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los cercanos, conoced mi potencia.
Los pecadores se asombraron en Sión, espanto sobrecogió á los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿quién de nosotros habitará con las llamas eternas?
El que camina en justicia, y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos por no recibir cohecho, el que tapa su oreja por no oir sangres, el que cierra sus ojos por no ver cosa mala:
Este habitará en las alturas: fortalezas de rocas serán su lugar de acogimiento; se le dará su pan, y sus aguas serán ciertas.
Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos".
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