La celularmanía
Te atreverías a pasar la prueba de un día completo sin usar el celular? ¿Eres de las que revisan la pantalla a cada momento? ¿Sientes que sin tu celular la vida sería completamente distinta? Si tus respuestas han sido afirmativas, bienvenida a la nueva adicción del momento, la celularmanía.
De acuerdo a los estudios realizados por investigadores de la universidad inglesa de Lancaster, una de cada tres personas está completamente enganchada a su teléfono celular. Psicólogos y sociólogos hablan de la aparición de la nueva patología: la ansiedad de “no estar localizable”.
La excusa de que usas el celular sólo para emergencias, ya nadie se la cree, ya que el teléfono suena cuando estás en el trabajo, en el cine, en una fiesta, hablando con otra persona y hasta haciendo el amor.
Un problema en expansión
El número de celulares aumenta cada vez más. En muchos hogares ya existen hasta más de tres móviles. Uno de los casos más sorprendente es el de Taiwán, donde la cantidad de móviles es superior al número de habitantes. Por eso los sociólogos han llegado a hablar de toda una verdadera revolución social.
Para Juan Alberto Estallo, psicólogo del Instituto Nacional de Psiquiatría de Urgencias de Barcelona, la diferencia entre un usuario normal y un esclavo de la tecnología radica en “cuando se usa el móvil sin ninguna finalidad clara o se prefiere el celular a una conversación cara a cara”.
Según una encuesta realizada por On the Mobile, perder su móvil es peor que perder su billetera o las llaves de su casa. Estar lejos de su celular les genera un sentimiento de ansiedad.
Curando el mal
En Dinamarca ya existe una clínica de desintoxicación desde 1998 que trata casos de esta naturaleza como si fueran ludopatías. Para tratar este mal se ha establecido un programa de 4 meses de duración que intenta aportar autoestima al adicto, potenciar sus relaciones personales y reducir el uso del móvil.
Los especialistas recomiendan en primer lugar reencontrar el ritmo de vida propio y aprender a valorar la soledad y el silencio. Segundo, aconsejan a los dependientes que aprendan a decir no y filtrar las conversaciones.
“Saber desconectar a tiempo es la clave que marca la frontera entre servirse de las nuevas tecnologías o estar al servicio de ellas”, destaca Juan Alberto Estallo.
Fuente:[url]http://www.listin.com.do/revistas/oh/vidabelleza/reportajesalud.htm[/url]
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