Pienso en ti....
Y en mi desesperación quisiera odiarte, no sentir nada por ti más que odio, un odio que hiciera que no te anhelara, que no deseara ni siquiera escuchar el sonido de tu voz.

Pienso en ti...
Y trato de obligarme a odiarte, para así encontrar un poco de paz, paz que me robaste desde que me sonreíste por primera vez, paz que te llevaste prendida en tu mirada.

Pienso en ti...
Y mi cabeza da vueltas en un torbellino de pensamientos, tratando de encontrar una tan sola debilidad, un tan solo defecto que me haga sacarte de mi corazón.

Pienso en ti...
Y quisiera poder recobrar mi cordura, cordura que está perdida dentro de voz y tu sonrisa.

Y mientras más pienso en ti menos puedo odiarte, menos puedo sacarte de mi vida, menos puedo dejar de pensar en ti.