Yo sí. Y mucho. Cuando era adolescente. Adulto, jamás.
Recuerdo que era muy diestro capturando moscas con la mano. Y cuando no las estrellaba contra la pared para que murieran de golpe, las agarraba, les colocaba una cuchilla sobre la espalda para inmovilizarlas y, poco a poco, les cortaba primero las alas, para que no pudieran escaparse volando. Luego les arrancaba una pata tras otra hasta que quedaban la cabeza, el tórax y el abdomen agitándose sobre la mesa, y sin poder dirigirse a ningún lugar, naturalmente. Al final, les daba el golpe de gracia.
Sé que hay psicólogos, y hasta psiquiátras que han estudiado ese tipo de comportamiento, pero no conozco sus conclusiones.
¿ A qué obedece lo que hoy siento retrospectivamente como una gran crueldad, y hasta me da pena y vergüenza ? Les agradeceré mucho toda información, tanto teórica como aplicada al respecto.
Saludos.
Marcadores