¿Quién no conoce la parábola de los talentos? La historia acaba así:
MATEO 25:26 – 27
Su amo le respondió: Siervo malo y holgazán, ¿sabías que quiero cosechar donde no he sembrado y re***** donde no he esparcido? Debías, por tanto, haber entregado mi dinero a los banqueros para que, al volver yo, retirase lo mío con intereses.
Pero si leemos Salmos:
SALMOS 15:1 – 5
Salmo de David.¿Quién podrá, Señor, hospedarse en tu casa, quién podrá morar en tu montaña santa? … El que presta su dinero sin cobrar intereses.
Conclusión:
Jesus, sin duda, no conoce Salmos 15:1–5
El esclavo puede usar el dinero que le da su amo de muchos modos para obtener rendimiento. Pero lo de entregárselo a un banquero ha de ser, sin duda, el último método. ¡Basta leer Salmos 15:1–5! El caso es que el pobre esclavo salió mal parado.
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