Gracias, Zeru, por tus siempre aleccionadoras observaciones.
Creo que el Rabbí Reish Lakish tiene razón porque he leído en varios lugares que el libro de Job fue la adaptación hebrea de un tema bastante trillado en las literaturas de Egipto y del Oriente Medio : "¿ Por qué sufre el justo ?"
"Un documento cuneiforme que se remonta al tercer milenio plantea el problema del mal en términos osados se llama hoy el "Job sumerio". Otro texto cuneiforme, escrito en lengua babilónica, trata del "Justo sufriente".
El Diálogo acróstico sobre la teodicea, cuya copia data por lo menos del siglo -IX pone frente a frente a un enfermo y a su amigo, quienes hablan de la justicia divina a lo largo de 27 estrofas de 11 líneas cada una. Y ese amigo usa argumentos que vuelven a surgir en los discursos del Elifaz de Temán del libro hebreo de Job.
En Egipto, el "Diálogo del hombre cansado de la existencia con su alma" hace hablar a un enfermo miserable echado fuera por su familia como a un maldito y quien habla del suicidio con lirismo.
Es, pues, probable que el autor de Job perteneciera al círculo internacional de la Sabiduría y que conociera la forma del diálogo, técnica narrativa hecha famosa por los Diálogos de Platón".
(Información sacada de la Introducción al libro de Job, "La Bible Oecuménique", Les Editions du Cerf et Société Biblique Française, 1988, págs. 1464, 1465).
Saludos.
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