Parte II
escribió la Biblia. La sociedad Watchtower fundamenta las órdenes que da a los Testigos de Jehová según su propia interpretación de la Escritura. Y, por lo que hemos podido ver sobre los cambios hechos en sus enseñanzas acerca de las vacunaciones y los trasplantes de órganos, la organización tiene un pobre y deficiente registro para interpretar la Escritura cuando se trata de asuntos de medicina.
Las referencias a la sangre que se hacen en la Biblia realmente se centran alrededor de dos áreas: La dieta y el sacrificio. En el antiguo Testamento, a Noé y a sus hijos se les mandó que no comieran la sangre de los animales que mataban para alimentarse (Génesis 9:4). A la nación de Israel repetidamente se le instruyó de que no comiera “ninguna grosura ni ninguna sangre”, porque estas porciones de los animales sacrificados eran dejadas aparte para Dios (Levítico 3:17). Y, en el Nuevo Testamento, cuando surgió la cuestión de si los cristianos gentiles deberían o no deberían circuncidarse y guardar la Ley de Moisés, los apóstoles decidieron incluir en la instrucción que se les dio, que se “abstuvieran” de sangre (Hechos 15:20,29).
LA INTERPRETACIÓN
La Watchtower, en la interpretación que da sobre estos versículos para desechar las transfusiones de sangre, sigue el modelo de los fariseos judíos que eran tan conocidos por su apego a “la letra de la ley” para demostrar así la rectitud de ellos mismos. Pero Jesús les mostró cuán equivocados estaban.
Cuando se pasó a la aplicación de las leyes de Dios en las emergencias y las situaciones de la vida que envuelven al sufrimiento humano, Jesús reveló que “el día de reposo fue hecho por causa de hombre, y no el hombre por causa del día de reposo” (Marcos 2:27). Jesús dijo a los fariseos judíos: “¿Quién de vosotros, si su asno o su buey cae en algún pozo, no lo sacará inmediatamente, aunque sea en día de reposo?” (Lucas 14:5). El Señor también señaló, con aprobación, cómo el rey David, en una emergencia que tuvo, “entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con el estaban, sino solamente a los sacerdotes” (Mateo 12:3,4).
Y, cuando se pasó al empleo de la sangre, Jesús chocó otra vez con los judíos, diciéndoles: “De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna . . . “ (Juan 6:53,54). Jesús, por supuesto, estaba refiriéndose a la copa de la comunión, que representa la fe en su sangre derramada en la cruz por causa de nuestros pecados. Pero en esto, también, la Sociedad Watchtower se ha desviado de la Biblia. Precisamente, aun están clarísimas las instrucciones expuestas por Jesús sobre la comunión: “Bebed de ella todos” (Mateo 26:27), pero la Sociedad Watchtower ha instruido al 99.9% de los Testigos de Jehová a no participar de la copa que representa la sangre de Jesús.
A las personas sinceras que leen la Biblia les conviene descubrir que la organización Watchtower ha ido con sus ideas más allá“de lo que está escrito” (1Crintios 4:6), imponiendo su prohibición en el asunto de las transfusiones de sangre. El punto de vista farisaico de la organización Watchtower podría muy bien situar a sus líderes en la misma línea de juicio que Jesús expresó contra los fariseos, de quienes dijo que “atan cargas pesadas y difíciles de llevar y las ponen sobre los hombres de los hombres” (Mateo 23:4). El reproche del antiguo profeta a los “pastores” de Israel que abusaron del rebaño, podría, también, aplicarse al tratamiento que los líderes de la Watchtower dan a los Testigos de Jehová: “OS HABEIS ENSEÑOREADO DE ELLOS CON DUREZA Y CON VIOLENCIA” (Ezequiel 34:4).
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