Buscando derribar el programa induccionista o la teoría de la inducción, y siguiendo a a la crítica de Hume, Popper propuso un criterio riguroso de demarcación entre lo que era ciencia y lo que no, exigiendo para los la expulsión del círculo científico.
Básicamente exigía a una teoría que quisiese ser científica que junto a la misma añadiese su posible refutación, es decir qué haría que la teoría se probase como falsa. Este criterio también es conocido como criterio de falsación Popperiano.
Lo que en un principio fue el cuerpo central del pensamiento de Popper y su obra, La lógica del desarrollo cientifico, términó siendo el pensamiento abieto, creativo, estricto, original, y extremadamente filosófico, de uno de los más importantes filósofos de la historia, con referencias obligadas para disciplinas tan variadas como Historia, Física, Teoría del la Evolución, Neurología, Teoría del Arte, Sociología, Psicología y Lógica.
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