Parte IX
Venga a Jesucristo Para Vida
Para sorpresa de muchos, el Señor enseñó que uno puede leer las Escrituras y aún así estar sin salvación. Para obtener vida tenemos que venir a JESUS, de acuerdo al mismo Señor:
Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado, porque esperan encontrar en ellas la vida eterna; sin embargo, aunque son las Escrituras las que hablan de mí, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida. (Juan 5:39,40, VPDHH).
La SA no le permite a sus seguidores venir a mí (a Jesucristo) con el propósito de tener vida, ya que ellos piensan que él es meramente parte de la creación. Ellos también niegan que debamos orarle A Jesucristo, al cambiar Juan 14:14. La SA ha salido en sus publicaciones y abiertamente enseñado el mismo error:
La oración es parte de nuestra adoración y por esta razón debe ir dirigida solamente al Creador, Jehová .... Jesucristo no les enseñó que le oraran a él ....(32)
En contraste con la SA, la misma verdad que se encuentra en Juan 14:14 es reiterada en Juan 4:10 y relacionada con la salvación:
Jesús le contestó: Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva.(Juan 4:10, VPDHH).
La razón por la cual los Testigos de Jehová no le piden a Jesucristo agua viva, como Jesús enseñó, es porque ellos no conocen (1) el don de Dios o (2) que es Escritural orarle al Señor Jesús, el que estaba hablando con la mujer en el poso de Jacob. Desafortunadamente, los Testigos de Jehová han sido desviados a creer que Jesús es meramente el arcángel Miguel, por lo que nunca debemos ir a él por agua viva. Amigo, la SA ha engañado multitudes haciéndoles creer algo acerca de Jesucristo que no es cierto y la TNM ha contribuído a este gran engaño.
El Perdón se Encuentra SOLO en el Nombre de Jesucristo
¿Quién tiene el nombre en el que encontramos perdón? De acuerdo a los Cristianos del primer siglo, la respuesta es simple:
No se apareció a todo el pueblo, sino a nosotros, a quienes Dios había escogido de antemano como testigos. Nosostros comimos y bebimos con él después que resucitó. Y él nos envió a anunciarle al pueblo que Dios lo ha puesto como Juez de los vivos y de los muertos. Todos los profetas habían hablado ya de Jesús, y habían dicho que quienes creen en él reciben por medio de él el perdón de los pecados. (Hechos 10:41-43).
Claramente, Jesucristo es el que tiene el nombre en el que encontramos el perdón. Se nos dice que creamos en él. Después que Cornelio escuchó esa verdad eterna, al instante se volvió Cristiano. ¡Qué importante verdad clave es ésta para salvación, pero eso no es lo que la SA enseña! OBSERVE:Jehová NO es el nombre en el que hallamos perdón, como usted puede estar creyendo. Considere además las siguientes dos Escrituras:
y les dijo: Está escrito que el Mesías tenía que morir, y resucitar al tercer dia. En su nombre, y comenzando desde Jerusalén, hay que anunciar a todas las naciones que se vuelvan a Dios, para que sus pecados les sean perdonados.(Lucas 24:46,47, VPDHH). Así pues, hermanos, ustedes deben saber que el perdón de los pecados se les anuncia por medio de Jesús. Por medio de él, todos los que creen quedan perdonados de todo aquello que bajo la ley de Moisés no tenía perdón (Hechos 13:38,39, VPDHH).
Invoque a JESUCRISTO Como Los Primeros Cristianos
En apoyo a Juan 14:14 está Hechos 9:14-21 (VPDHH):
Y ahora ha venido aquí, con autorización de los jefes de los sacerdotes, a llevarse presos a todos los que invocan tu nombre." Pero el Señor le dijo: "Ve, porque he escogido a ese para que hable de mí a la gente de otras naciones, y a sus reyes, y también a los israelitas. Yo le mostraré lo mucho que tiene que sufrir por mi causa." Ananías fue a la casa donde estaba Saulo. Al entrar, puso sus manos sobre él, y le dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, me ha mandado para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo. Al momento cayeron de los ojos de Saulo una especie de escamas, y recobró la vista. Entonces se levantó y fue bautizado. Después comió y recobró las fuerzas, y se quedó algunos días con los creyentes que vivían en Damasco. Luego Saulo comenzó a proclamar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios. Todos los que lo oían se quedaban asombrados, y decían: ¿No es éste el que andaba persiguiendo en Jerusalén a los que invocan el nombre de Jesús? ¿No es el mismo que también vino aquí para arrestarlos y entregarlos a los jefes de los sacerdotes?
Saulo de Tarso persiguió Cristianos, tanto hombres como mujeres, los que aparecen descritos en el pasaje anterior como aquellos que invocaban su nombre [el de Jesucristo o Señor Jesús]. La misma verdad acerca de los primeros Cristianos orándole a Jesús aparece en otros lugares en la Escritura:
(Rom. 10:12) No hay diferencia entre los judíos y los no judíos; pues el mismo Señor es Señor de todos, y da con abundancia a todos los que le invocan.
(Rom. 10:14) Pero ¿cómo van a invocarlo, si no han creídio en él? ¿Y cómo van a creer en él, si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír, si no hay quien les anuncie el mensaje?
(1 Cor. 1:2) escribo esta carta a los hermanos de la iglesia de Dios que están en la ciudad de Corinto, los que en Cristo Jesús han sido consagrados a Dios y llamados a formar parte de su pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor nuestro y de ellos. (2 Tim. 2:22) Huye, pues, de las pasiones de la juventud, y vive con rectitud, fe, amor y paz, junto con todos los que de limpio corazón invocan al Señor.
Rom. 10:13, que aparece inmediatemente antes y después de dos Escrituras que se refieren al Señor Jesús, aparece falazmente interpretada en la TNM como:
Porque "todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo."
Aún más, una nota al calce en la TNM erróneamente conecta el Señor de 2 Tim. 2:22 con Jehová.Por consiguiente, debe ser obvio que la TNM está fatalmente equivocada y distorciona hasta el punto que puede poner en peligo la salvación de las personas. Amigo, invoque a Jesús para salvación. Crea en él [Jesús] para su salvación. Esto era parte del mensaje de los primeros Cristianos, quienes también reconocieron a Jesús como el Apóstol Tomás hizo cuandose refirió a él cuando le tuvo de frente: "Mi Señor y mi Dios" (Juan 20:2.
La Mentira Continúa
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