Parte III
*Josefo confunde este Manasés, hijo de Joiada y hermano de Jonatán (Josefo XI L.3), con otro Manasés (Josefo XI 7.1) quien era el hijo de Jonatán. El último Manasés, quien era el hijo de Jonatán, era el hermano de Jadúa el sumo sacerdote quien le dio la bienvenida a Alejandro en el año 332/31 a.C. Nota que el Manasés de Josefo XI. 8.3 está asociado con el tiempo de un Darío (Darío Histaspes, 521-486 a.C.), mientras el Manasés de Josefo XI. 7.1 está asociado con el tiempo de Alejandro Magno. Josefo ha confundido el Manasés de la era de Darío Histaspes, 521-486 a.C. (Josefo XI. 8.3), con el Manasés de la era de Darío III Codomanos, 336-330 a.C. (Josefo XI. 7.1).
Tan perverso era el actitud del sacerdocio Levítico en este tiempo que Dios empezó a resistir y luchar contra ellos. Su rebeldía se podría expresarse en el español moderno como un actitud de, “Dios, ¿qué diferencia es cómo nosotros te adoramos con tal que nosotros te amemos? Si observamos el Domingo, la Navidad e Easter, y creemos en la Trinidad, lo estamos haciendo para glorificar Tu nombre.” La contestación de Dios no era una de aceptación: “Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento. Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová [Hebreo] de los ejércitos, enviaré maldición [Hebreo arar, significando atar, dobladillar con obstáculos, impotente, a resistir] sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón. He aquí, yo os dañaré [Hebreo ghaar, regañar, reprender, censurar, amenazar] la sementera, y os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de vuestros animales sacrificados [de las fiestas solemnes]; y seréis arrojados juntamente con él” (Malaquías 2:1-3).
Dios estaba tan enfadado con su insolencia que Él proclamó, “Jehová [Hebreo] cortara de las tiendas de Jacob al hombre que hiciere esto, al que vela [vigilante] y al que responde[erudito que refuta], y al que ofrece ofrenda a Jehová [Hebreo] de los ejércitos” (Malaquías2:12). Estos guardianes del templo eran los mismos Levitas que fueron encargados de proteger el templo y sus contenidos, ¡la parte más importante cuál era la Palabra de Dios!
Los guardianes del servicio de templo, los guardianes de la Palabra de Dios, despreciaban tanto el nombre de Dios y Su Palabra que ellos robaban a Dios de Su diezmo del templo (Malaquías 3:. El resultado fue que imponían a los jornaleros a pagar contribuciones, las viudas y los huérfanos no recibían ayuda, y el extranjero necesitado los estaban echando para el lado (Malaquías 3:5). Como la historia de este período atesta, los Levitas estaban usando el diezmo para financiar los tratos de bienes raíces, negocios, proyectos de construcción y eventos culturales (Wacholder, Eupolemus: A Study of Judaeo-Greek Literature [“Un Estudio de Literatura Jadeo-Griego”], páginas 1-21). Estos Levitas se hicieron ellos mismos embajadores a las naciones del mundo antiguo. Como embajadores, ¡ellos estaban usando el diezmo para patrocinar eventos culturales! Ellos presidieron sobre unos de los más grandes escándalos en la vida. Yo estoy muy seguro que ellos justificaron este mal uso de los diezmos como “haciendo la obra del Señor.”
Su abandono de la verdadera adoración de Dios no aparo con esto. Los sacerdotes cometieron adulterio y corrompieron su semilla cuando se divorciaron de sus esposas y se casaron con las Amonitas, Moabitas, Egipcios, Edomitas, y Samaritanos (Josefo tenía su descendencia de una de estas líneas bastardas). Los sacerdotes también practicaban hechicerías (Juntándose con los espíritus malos y sus doctrinas). Ellos hasta empezaron a inventarse falsas escrituras, escribiendo de nuevo el Antiguo Testamento y falsamente reconstruyendo la historia de Israel. Los Levitas, quiénes eran los asignados maestros de la Palabra de Dios, habían abandonado las verdaderas enseñanzas de Dios y estaban jurando hacia las falsedades como si ellas fueran la verdad de Dios. Dios le dio advertencia diciendo, “Y vendré a vosotros para juicio, y seré pronto testigo contra los hechiceros, y adúlteros, contra los que juran mentira [o “aquellos que juraban hacia falsedades”], y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y el huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mi, dice Jehová [Hebreo] de los ejércitos” (Malaquías 3:5).
Después de menos de cien años después de los tiempos de Esdras y Nehemías, el sacerdocio Levítico eran culpables de las ofensas espirituales más vulgares. Fue durante este tiempo en la historia que Alejandro Magno marchaba hacia delante con su ejército contra la tierra de Palestina. Jadúa, el hijo del malvado Jonatán, era sumo sacerdote cuando Alejandro Magno conquistó a Palestina. Aquí está el cuento de la reunión dado por Josefo sobre este sumo sacerdote influyente cuando se reunió con Alejandro: “ Pues cuando Juan [Jonatán] había muerto, su hijo Jadúa lo siguió en el oficio de sumo sacerdote” (Libro XI, Capítulo VII, Párrafo 2) ....Pues Alejandro [Magno], cuando él tomó posesión de Gaza [332/331 a.C.], se apuró para ir hacia Jerusalén; y Jadúa el sumo sacerdote, cuando él supo eso, estaba en agonía, y bajo terror, no sabiendo como él se confrontaría con los de Macedonia, ya que el rey estaba disgustado con su desobediencia anterior.... Y cuando él [Jadúa] supo que él [Alejandro] no estaba lejos de la ciudad, él [Jadúa] salió en una procesión, con los sacerdotes y un multitud de ciudadanos. La procesión era venerada, y su manera diferente de las naciones alrededor.... Y cuando el libro de Daniel se le mostró a él [Alejandro], adonde de Daniel declaró que uno de los Griegos iba a destruir el imperio de Persia, él [Alejandro] pensó que a él se refería esto” (Antiquities of the Jews [“Antigüedades de los Judíos”] Libro XI, Capítulo VIII, Párrafo 4 y 5).
Alejandro Magno era un hombre joven de 23 años en este tiempo. Él había visto el sumo sacerdote durante su procesión en un sueño, y el sumo sacerdote Jadúa había visto también a Alejandro en un sueño. Cuando los dos se reunieron por primera vez, Alejandro se arrodillo delante de el sumo sacerdote. Después Alejandro y su ejército acompañó al sumo sacerdote y su procesión hasta el templo, adonde a Alejandro ofreció sacrificios hacía el Dios que había predicho de sus conquistas.
Cuando Alejandro capturó la tierra de Palestina en los años 332/331 a.C., la gente de Judá aceptaron a los Griegos con manos abiertas. Los Judíos ya conocían muy bien la cultura Griega. Muchos de los Judíos y Levitas ya estaban viviendo en las ciudades de Grecia. Era una práctica común para los Levitas y otros de Judá a participar en la cultura, comercio y literatura del mundo alrededor. Judá no era una sociedad cerrada, como muchos de los eruditos piensan hoy.
Casi cincuenta años después, cuando Tolemio de Egipto pidió que el Antiguo Testamento Hebreo fuese traducido hacia Griego, los Levitas pudieron cumplir el trabajo entero en solamente setenta días. El Hebreo del Antiguo Testamento fue traducido hacia el Griego Septuaginto alrededor de 285-250 a.C.
Los eruditos están confundidos por el hecho de que el Antiguo Testamento Hebreo fue traducido hacia el Septuaginto a Griego. Los traductores ciertamente tenían que conocer ambos lenguajes de Hebreo y Griego de ese tiempo. Lo que es aún más enigmático es el hecho que el Septuaginto es escrito en el dialecto Griego de Alejandría. Pero Alejandría no fue fundado hasta la conquista de Alejandro Magno en 332/331 a.C., y el Septuaginto fue traducido por los Levitas en Alejandría solamente cincuenta hasta ochenta años después. ¿Cómo era esto posible?
La respuesta se encuentra en el hecho de que muchos Levitas quienes vivían en Grecia se mudaron hacia Alejandría durante o un poco después de su fundación en 332/331 a.C. Estos Levitas, quienes tenían talento en literatura y lenguaje, podían hablar y escribir fluidamente en Griego mucho antes que Tolemio podía soñar de traducir el Hebreo Antiguo Testamento hacia el lenguaje Griego. Ellos habían vivido en la cultura Griega. ¡Ellos hablaban el mismo dialecto de aquellos Griegos quienes se mudaron hacia la nueva ciudad de Alejandría! Eso fue como ellos pudieron traducir el Septuaginto en el dialecto de los Griegos de Alejandría.
Cuando Alejandro conquistó a Palestina, el Antiguo Testamento Hebreo todavía no había sido traducido hacia el Septuaginto Griego. ¿Entonces como fue que Alejandro pudo haber leído la profecía en el libro de Daniel? Es muy dudoso que Alejandro podía leer Hebreo. Es más probable que ya en los años 332/331 a.C. los Levitas de Jerusalén, los Masoritas en cargo del Antiguo Testamento, ya habían traducido todo o partes de libro de Daniel hacia Griego. No es muy difícil a entender como el Septuaginto pudo haber sido traducido en solamente setenta días, si partes del Antiguo Testamento ya había sido traducido antes que el Septuaginto fue comisionado por Tolemio.
Marcadores