Parte I
"Y el Verbo era Dios"
Compilado por José Ramón y Ramón Romero hijo.
UNO de los pasajes bíblicos que en forma explícita y categórica revela la naturaleza divina del Hijo de Dios se halla en Juan 1: 1, y reza así: "En el principio era el Verbo. y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios".
A pesar de la meridiana claridad de este texto, la traducción "jehovista" del Nuevo Mundo lo vierte alterado y alambicado de la siguiente manera: "En (el) principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios".
Y la Emphatic Diaglott1 lo vierte así: "En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y un dios era el verbo".
Pues bien, sobre esas dos equívocas traducciones, que escriben con inicial minúscula el augusto y divino nombre de Jesucristo, rebajándolo así a la categoría de los dioses paganos, los "jehovistas" procuran armar el frágil baluarte de su equivocado unitarismo.
¿Existe realmente base para tal desacierto lingüístico? ¿Por qué traducir "un dios era el verbo"? ¿Estarán realmente erradas todas las traducciones clásicas y aceptadas de la Biblia, que nos han llegado desde el descubrimiento de la imprenta? ¿Por qué sólo ahora surge esa "innovación"? ¿Merece crédito?
Un cuidadoso análisis
Analicemos ese texto, tal como se encuentra en el original griego, con la traducción literal puesta entre líneas:
***Versión del Nuevo Testamento con el texto interlineado en griego y en inglés. El traductor al inglés fue Benjamín Wiison; y una vez completa, esa obra se publicó por primera vez en Nueva York en 1864. Ahora es propiedad de la Sociedad de los Testigos de Jehová.***
"En arché hén hó Lógos, kai hó Lógos hén
En el principio era el Verbo, y el Verbo era pros ton Theón, kai Theós hén hó Lógos".
con Dios y Dios era el Verbo. En este párrafo hay tres oraciones, que vamos a analizar en detalle para su mayor claridad:
V 1- En arché hén hó Lógos (En el principio era el Verbo). Aquí se observa lo siguiente: a) que Lógos (o Verbo) es el sujeto de la oración, b) y eso queda determinado
En el artículo hó.
2. Kai hó Lógos hén pros ton Theón (y el Verbo era, o estaba, con Dios). Aquí se observa el mismo hecho de la primera oración. Porque Lógos es también el sujeto de esta segunda oración.
V 3. Kai Theós hén hó Lógos (y Dios era el Verbo). Esta oración se halla en orden inverso, pero se traduce correctamente así: "Y el Verbo era Dios". ¿Por qué esta traducción es correcta? Porque Theós (Dios) allí es el predicado y no el sujeto, pues el sujeto de la oración todavía es Lógos (Verbo), ya que es la palabra que tiene el artículo hó (el). Lo cierto es que Theós califica a Lógos, indicando que Lógos es el sujeto. En otras palabras, Theós. (Dios) es lo que se afirma acerca de Lógos.
Los gramáticos helenistas enseñan, y ése es un principio elemental de la sintaxis griega, que cuando el adjetivo va antes del artículo es predicado; también que cuando el adjetivo va después del sustantivo, sin uso de artículo, es predicado.
Pues bien, esta regla de la sintaxis se aplica a la última oración Theós hén hó Lógos; porque la palabra Theós está antes del artículo hó. Por lo tanto, Theós ejerce la función de adjetivo calificativo de Lógos.
Además, la palabra Lógos está precedida del artículo hó, que la señala como sujeto de la oración. Entonces necesariamente, Lógos es el sujeto y Theós es el predicado. Y la traducción correcta, única e irreversible de esa oración es:
"El Verbo era Dios".
Salta a la vista que ningún artículo se necesita para Theós, y que traducir esa palabra por "un dios" es un craso error gramatical; porque Theós es el predicado nominal de era, y necesariamente se refiere al sujeto. Así, queda explicado el error del Emphatic Diaglott.
También está equivocada la traducción del Nuevo Mundo, porque está calcada del Diaglott y conserva la expresión errada "un dios", al disminuir la divinidad de Jesucristo, y reducirlo a una entidad secundaria, creada, de poder limitado, no de la misma naturaleza del Padre.
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