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Giovanni Cabrera
No hay almas incorpóreas, porque la definición de nefesh según Strong (H5315 נֶפֶשׁ) es “criatura que respira, i.e. animal” cuyo significado puede estar “acomodado o fig. (corporal o ment.)” y significa a la “persona” en su integridad. Sólo un ser vivo puede respirar, y respira con su cuerpo, porque lo que respira es materia. Según el Diccionario Bíblico de “Ministerios Ebenezer”, “El alma expresa al hombre entero, a su total personalidad en muchas de las ocasiones en las que aparece en la Biblia. Toda esta concepción del alma se basa en la observación concreta del hombre”.
La obra católica “Diccionario Bíblico Pastoral” afirma que nefesh tiene un origen evidentemente orgánico y no inmaterial, y se atreve a reconocer que “Muchos críticos afirman que el n[efesh] puede subsistir fuera del cuerpo y mora después de la muerte del hombre en el seol. También esta opinión sería difícil de demostrar. Los lugares en que se habla de salvarse o de volver del reino de los muertos (Sal 30,4 86,13 89,49 116,4 Is 38,17 Prov 23,14) significan solamente salvar la vida de la muerte (cf. Sal 33,19 56,14 78,50 Job 33,18.22.28 ) o de un peligro de muerte (Sal 16,10, <mi n[efesh].> se halla en paralelismo con <tu santo>, es decir, <a mí>)”.
Para que no nos quede duda alguna, esta misma obra reconoce que los judíos “no concibieron el a[lma] como el principio imperecedero de la vida que perdura después de la muerte”. Continúa explicando el DBP que alma “significa frecuentemente la vida física (p.ej., Mt 2,20 6,25 Lc 12,22 14,26 Jn 10,11.15.17 13,37 Act 10,24 27,10.22 Rom 11,3, cf. 1Re 19,10 Fil 2,30; en Mc 3,4 y Lc 6,9, significa vida o el hombre viviente)”.
Y más aun: “…significa ser viviente, animal (Ap 16,3) u hombre (1Cor 15,45, cf. Gén 2,7), hombre (Rom 13,1: toda a. = todo hombre; 2,9 Act 2,43 3,23), persona (plural: personas Act 2,41 7,14 27,37 1Pe 3,20) y, con el pronombre posesivo, <yo mismo>, <tú mismo>”.
El Diccionario del Antiguo Testamento VINE anota: “El sistema de pensamiento hebreo no conoce la combinación u oposición de los términos «cuerpo» y «alma» que son de origen griego y latino”.
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