Es común, por parte de los políticos demagogos (la mayoría) ubicarse en defensores del pueblo respecto de la codicia empresarial.
Se supone que el empresario es culpable hasta que demuestre lo contrario.
Si en una sociedad hay poco porcentaje de empresarios, habrá desocupación, seguramente. Pero la culpabilidad por esa situación recaerá sobre los pocos empresarios existentes. Los demás, pareciera, no tienen ninguna obligación al respecto.
Según Marx, cada uno debe dar según su capacidad y todos deben recibir según sus necesidades. De ahí que el empresario debe arriesgar su capital, tener iniciativa, padecer preocupaciones permanentes, tener aptitudes para la toma de decisiones para después......repartir los beneficios igualitariamente con sus empleados, que sólo se preocupan, generalmente, por cumplir los horarios de trabajo respectivos.
Como son pocos los estúpidos que tienen deseos de trabajar para los demás (sino junto a los demás) el empresario común es un "explotador" (según la mentalidad marxista).
De esa forma, poco se estimula a los demás para que tengan iniciativa y sean empresarios, o traten de serlo.
En los países adelantados, el empresario es el motor de la economía y de la sociedad. En Latinoamérica es casi un delincuente.
Marcadores