Para mi Nina
Hace tiempo que conozco a la Nina. Era la mascota de unos vecinos que la abandonaron cuando se mudaron de casa. De eso hace casi 8 años. Ella se quedó por el barrio, creo que buscando casa, aunque nunca la ví descuidada ni hambrienta lo que me dice que encontró hogar. En el intertanto, me fui a estudiar mi posgrado a España, donde conocí a mi esposa. Volví a Chile y la Nina seguía por el barrio. Raquel (mi esposa) al llegar a Chile quedó encantada con la Nina y empezamos a cuidarla. Entonces vivíamos con mis padres. Pasamos año y medio cuidándola a escondidas, tiempo en el que nos acostumbramos a tenerla con nosotros de noche. En Enero nos entregaron nuestro departamento y nos trajimos a la Nina a vivir con nosotros. Siempre quise tener una gatita tan cariñosa como la Nina, sin importar cómo me haya ido en el trabajo se me alegra el día al volver y verla ronroneando y jugando. A veces pienso lo mal que lo pasó cuando estuvo abandonada, pasando frío en el invierno (aquí en Santiago de Chile el invierno es muy frío) y recibiendo escobazos de gente mala. Pero luego me alegro de verla a mi lado o sobre mis piernas masajeándome y maullando de puro consentida.
Hoy estuve haciendo la limpieza en el depa mientras a mi esposa le tocó la mala suerte de trabajar. La Nina me miraba acostada en un sofá. Cuando terminé bajó del sofá y me empezó a llamar desde la habitación para dormirnos una siesta, les juro que me derretía de sólo verla.
Un saludo a todos los amantes de los animales. Aquí les mando una foto de la Nina
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