Estoy aquí de paso
como algunos, y no
como otros,
que por seguir
se anclaron a una cruz
con las botas
bajo tierra,
quizá esperando
ser ciprés
y con su sombra
tapar de nuevo
la luz de los días,
paso a paso,
caminando,
en vértigo a veces
otras despacio,
que parar daña los pies
y sangran heridas
en el mismo charco,
que uno al detenerse
puede quedar
pisando sobre otro
y a la vez
en movimiento
evitas el zapato
de aquellos que gustan
de hollar cabezas,
porque, aunque arena
seré, al fin del desierto,
quiero morir como agua
para evitar las huellas.
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