[CENTER]El placer de sentir mi cuerpo atado a ti,
con solo cerrar mis ojos,
percibo tu aroma y siento como pasas tus manos sobre mi piel,
tu jadeo se agita,
trato de resistirme y abrir mis ojos,
pero tu no dejas,
me haces sentir dulcemente pecadora,
culpable de imaginar tu cuerpo desnudo y excitado,
te aferras y me balanceas al ritmo de tu respiración.
No me sueltes,
siento como se humedece mi interior
preparándote el camino,
todos tus movimientos te arrastran a mi sudor
que tibio y suave se entrega,
y si,
si tiemblo,
buscas mi boca para transmitir el sabor
y ardor que alimentan el deseo
y no dejas de tocarme,
Me desesperas!,
continúas sobre mi, me gusta,
mientras me agito y
entras sin permiso,
fuertemente me aprisionas
y me amarras con besos largos muy húmedos
entregada a tu presión
sigo el ritmo,
una mano se sujeta a tu cuello, fuerte, firme
y la otra a tu pelvis ayudando
y forzando la entrada y salida,
tu cuerpo salta,
te agitas convirtiéndote en gemidos
como si quisieras entrar con todo
y ya no se puede mas,
tocas en lo mas profundo de mi
produciendo el máximo goce y dolor,
aun así,
te digo que no pares,
¡gritas!, ¡me asustas!
y sigo clamando que sigas,
espero que tu estremezcas,
no lo soporto quiero acabar
y me amarras con un beso brusco,
desesperado y te sigo con gritos,
gritos que los ahogo en tu boca
y tu me abrazas muy fuerte
como si fueras a desmayar en un suspiro nervioso,
vuelves a buscar mi beso,
como si en el botáramos nuestro pecado,
exquisito pecado,
que se transforma en cuerpos inertes,
húmedos, calientes y por sobre todo extenuados,
nuestros ojos fijos uno en el otro,
tu suavemente soplas mi rostro
como devolviéndome el aliento que robaste
y tu aire aun tibio,
humedece mis labios secos y acaricio tu pelo mojado,
mis ojos se cierran al compás de tu manos
que pasan por mi rostro.
Siento como tu corazón se incorpora y me enlazo a ti,
mi realidad no desea abrir los ojos,
que tu vos lejana cerro.