Iban los tres Reyes Magos en sus camellos, atravesando el desierto, cuando de pronto el camello de Melchor detiene su marcha, lo mira, y le dice:
- Melchor, o me la chupás o no camino más.
- Vamos camesho, no te hagás el loco, que no tengo tiempo que perder.
- Melchor, te repito que si no me la chupás, no sigo.
Ante la contingencia, Melchor baja del camello, y comienza a chupársela, luego de lo cual este accede a continuar su marcha.
Al rato, se detiene el camello de Gaspar, y le dice a este:
- Gaspar, si no me la chupás, no sigo.
- Uy, camesho ¿Ahora vos con esas cosas? ¿Ya te copiaste del camesho de Melchor? Seguí viaje, dejate de joder que estamos muy apurados - Dice Gaspar.
- Gaspar, me parece que no me entendiste.... me la chupás o NO sigo.
- Uyyyyyyy !!!! exclama Gaspar ante la firmeza del camello. Así que se baja y comienza a chupársela, luego de lo cual el animal accede a continuar su marcha.
A los pocos kilómetros, el camello de Melchor vuelve a detenerse, y a pedir que se la chupe, y poco más tarde, el que repite el requerimiento es el camello de Gaspar.
Así siguen avanzando los tres Reyes Magos por el desierto, y cada tanto, el camello de Melchor, o el de Gaspar, les pedían sexo oral.
De pronto, Melchor y Gaspar detienen sus camellos, lo miran a Baltazar, y juntos le dicen:
- Baltazar ¿Y porqué tu camesho no te pidió lo mismo que nos pidieron nuestros cameshos a nosotros?
- Y, sho no sé.... - responde con una risita Baltazar - ¿Será porque el ventrílocuo soy sho?