Queridos amigos de este animadísimo Foro de Teología :
Ya sé que a muchos de ustedes les extraña sobremanera el que yo sea un biblista ateo gracias a la misma Biblia. Muchos me lo han escrito, no siempre de la manera más elegante. Y comprendo perfectamente bien su estupefacción ante semejante fenómeno.
Porque, en principio, siempre se ha pensado que lo lógico es que un lector de la Biblia encuentre el camino de la Verdad gracias a esa misma Biblia.
Así que el hecho empírico de que haya muchos biblistas ateos gracias a la misma Biblia, como es mi caso, es un efecto contraproducente al buscado inicialmente por los autores de la Biblia y, eventualmente, por su Autor Supremo, Dios, si acaso existe ...
Como ya lo dije en otro lugar, francamente, si yo nunca hubiera estudiado la Biblia, todavía hoy hubiese seguido siendo teísta, como lo fui hasta el año 1975, cuando dejé de predicar el evangelio de Jesupablo.
Yo quiero sincerarme con todos ustedes.
Hay quienes me dicen : "Emeric, tú no eres ateo. Te la pasas hablando del Dios de la Biblia. Un verdadero ateo ni siquiera piensa en Dios y no le importa un pepino la Biblia, mientras que tú ..."
Y eso es verdad. Tienen razón.
Por eso es que, no sé si lo recordarán, yo escribí una vez que soy a-teísta, es decir, teísta y ateo al mismo tiempo.
Soy teísta los días pares, y ateo los días impares .... Puede sonar como una mera ocurrencia graciosa pero les aseguro que no está muy lejos de la verdad.
Si Dios existe, El sabe que yo soy sincero en mi ateísmo. Y que si soy ateo es por culpa de El. Porque nos dio una Biblia tan sobrepoblada de errores, de mentiras, de contradicciones, de prejuicios, de escándalos éticos y morales, de prohibiciones antihumanas, de infanticidios perpetrados por Dios mismo, de abusos de poder, de favoritismos, de chanchullos y de tantas incoherencias cuyo resultado es que la Biblia es el principal obstáculo para que yo pueda creer en ese Dios que la misma nos presnta.
Un Dios sanguinario... Tu tuerces las páginas de la Biblia, en particular las del A.T., y lo que corren son caudalosos ríos de SANGRE ... Sin olvidar las masacres prevsitas en el libro de Apocalipsis ... SANGRE, SANGRE, SANGRE y muerte por doquier ...
¡ Un Dios iracundo, matón, violador de su propia Palabra !
¡ Un Dios que mata a niños de pecho al cobrarles los pecados cometidos por sus padres y hasta por sus lejanos antepasados, en abierta y patente CONTRADICCIóN con lo dicho por El mismo ! ¡ Qué culpa tenían esos parvulitos inocentes e indefensos para que ese Ogro los asesinara despiadadamente !!!
Y sin embargo, les confieso que cuando paso frente a una catedral de mi ciudad, me regocijo en entrar allí, durante la tarde, porque allí hay un silencio, una paz que no podemos tener en la calle, ni en nuestro barrio. Y me encanta escuchar el canto gregoriano ... Me llena de paz ... me siento en medio de la nave y allí permanezco durante media hora ... Meditando en mi pasado, en la Biblia, en la belleza de tantos pasajes de la Biblia, en la excelsa historia de José y sus hermanos, en la magna lección del perdón ... en mi admiración y respeto por la labor exegética del benemérito teólogo Benedicto XVI antes ser elegido Papa y también en su primera encíclica "Deus caritas est", "Dios es Amor" ...
Y pienso en el Hijo de Dios, por cuya defensa teológica fui expulsado de mi congregación en el 1974 ... Porque me atreví a defender su total Divinidad y coigualdad substancial con su Padre frente a los dirigentes de mi congregación, trinitarios como yo pero subordinacionistas ...
Me enjuiciaron, me condenaron, me echaron ...
Sufrí por defender a Cristo. En mi propia carne ... Me echaron a la calle ... Me vituperaron, renegaron de mí, me tildaron de hereje, se burlaron de mis pocos años, me arrancaron todas mis responsabilidades y me tuve que ir ... Humillado ...
Yo deseo terminar mi existencia en algún monasterio ... Meditando, preparando mi muerte ... Quiero morir en paz con todos, con mi propia consciencia y con Jesucristo, si existe en algún lugar, y si recuerda lo que sufrí por El.
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