Un método usado para sustentar el concepto de la Trinidad es el comparativo, induciendo al lector a formar una doctrina a partir de dos versículos que utilizan títulos o fraseología semejante. Por lo general, los trinitarios escogen un versículo de las Escrituras Hebreas que inicialmente aplica a Jehová, y luego lo entrelazan con uno de las Escrituras Griegas que tiene aplicación en Jesucristo. Entonces los trinitarios razonan: “Los dos tienen que ser el mismo Dios”. Afirman que este método es más efectivo cuando se utiliza la Traducción del Nuevo Mundo; obviamente, por la restauración que hace del nombre divino, Jehová, en las Escrituras Griegas Cristianas.
A quién preparó Juan el camino?
Isaías 40:3 dice: “¡Escuchen! Alguien está clamando en el desierto: ¡Despejen el camino de Jehová! Hagan recta la calzada para nuestro Dios a través de la llanura desértica”. Este mismo texto se menciona en Juan 1:23: “Yo soy la voz de alguien que clama en el desierto: ‘Hagan recto el camino de Jehová’, así como dijo el profeta Isaías”. Entonces los trinitarios razonan: “¿A quién le preparó Juan el camino? ¡A Jesús! ¡Entonces Jesús y Jehová son el mismo Dios!”
Juan el Bautizante preparó el camino realmente a Jehová porque Cristo vino como representante, delegado celestial de Dios. Todo lo que él hizo, todo lo que habló, eran palabras de Dios, y no suyas. Jesús nunca expuso puntos de vista personales, más bien toda palabra que salía de su boca provenía de Jehová, su Padre celestial:
“Yo lo conozco [a Dios], porque soy representante de parte de él, y Aquel me ha enviado.” Juan 6:38
“Yo he venido en el nombre de mi Padre” Juan 5:43
“He bajado del cielo para hacer, no la voluntad mía, sino la voluntad del que me ha enviado”. Juan 6:38
“Porque no he hablado por mi propio impulso, sino que el Padre mismo, que me ha enviado, me ha mandado en cuanto a qué decir y qué hablar” Juan 12:49
“Por lo tanto, las cosas que hablo, así como el Padre me las ha dicho, así las hablo” Juan 12:50
No es de extrañar que a Jesús se le llame “la Palabra” o “el Verbo” de Dios. Jesús sirvió como el Vocero terrestre de Dios. Juan 12:49 nos aclara que el Padre habló a la humanidad por medio de su Hijo. En este sentido, Juan el Bautizante preparó al camino a Jehová.
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