Efectivamente, Migdol, en el capítulo 2 de Juan, Jesús acababa de echar del templo a todos los que lo habían transformado en una plaza de mercado y ahí fue cuando dijo, enigmáticamente :
"Destruid este templo y en tres días lo levantaré", Juan 2:19.
Y por eso mismo fue que los que oyeron esas palabras se creyeron que Jesús se refería al templo de Jerusalén y le dijeron : "En 46 años fue edificado este templo, ¿y tú en 3 días lo levantarías?", v. 20.
Como quien dice : "¡ Estás loco, Jesús ! Ni soñarlo (que podrías reconstruirlo en sólo tres días!) ¡ Necesitarías décadas !)".
"Mas él hablaba del templo de su cuerpo. Por tanto, cuando RESUCITó de entre LOS MUERTOS, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que había dicho", versículos . 22 y 22.
Y todavía nuestro querido amigo Kevin y los Testigos de Jehová se atreven a decirnos que ese CUERPO de Jesús NO resucitó sino que Dios "lo quitó" ...
¡ Qué error ! ¡Qué horror !
El exquisito, sabroso, suculento manjar espiritual llamado evangelio de Juan, nos ilustra anagógicamente, (a través de esa verdadera ecuación simbólica, a saber, antiguo Templo de Jerusalén = real Cuerpo físico de Jesús = futura Iglesia de Jesucristo, ecuación corroborada, como bien has señalado, Migdol, tanto por Pablo como por Pedro en sus epístolas), la clara e innegable influencia que el ya existente gnosticismo intertestamentario ejerció sobre la incipiente literatura cristopaulina a partir de la segunda mitad del siglo I.
El evangelio de Juan es la Perla exegética y teológica más bella y más profunda de toda la Biblia ... en mi humilde opinión.
Saludos.
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