Los cultos de fertilidad datan desde muy antiguo, son muy anteriores al yahvismo. Antiguas civilizaciones como la mesopotámica y la egipcia practicaban ritos de fertilidad porque creían que con los mismos se aseguraban la prosperidad de la tierra. Recordemos la intensa prohibición de estos ritos por parte del Dios de Israel quien los consideraba " conducta relajada" (Ver , por ejemplo, Deuteronomio 23: 17 y 18; aclaro que se denominaba " perros" a los sodomitas consagrados para servicio de alguna deidad).
Vamos a detenernos particularmente en las tradiciones babilónicas, considerando que el pueblo judío sobrellevó varios años de cautiverio allí:
La información que citaré procede de Michael Jordan, un escritor y periodista del Reino Unido que es experto en antropología de las religiones y mitos del Oriente Medio:
"Las tradiciones babilónicas comprendían el gobierno de reyes-dioses, los festivales mesopotámicos de muerte y renovación que se celebraban todos los años en primavera y los " matrimonios sagrados", que constituían el punto álgido del culto a la fertilidad, concebidos para asegurar la continuada fecundidad de la tierra, su ganado y sus gentes. Fue inevitable que al menos algunos individuos judíos no escaparan de enamorarse de la religión babilónica.
Un aspecto del culto babilónico con el que los exiliados judíos habrían tenido un contacto directo fue la " prostituta sagrada", la sacerdotisa del culto a la fertilidad... La qdesha hebrea sólo puede haber sido copiada del modelo cananeo o mesopotámico.
El sistema legal mesopotámico concedía a las prostitutas sagradas una credibilidad mucho mayor y aunque gran parte del mundo semítico decidió suprimir progresivamente la actividad de tales mujeres, los documentos legales babilónicos indican que su profesión siguió vigente al menos hasta principios de la era cristiana..
Incluso las prostitutas corrientes eran objeto de más consideración en Mesopotamia que en ningún otro lugar. Bajo la legislación sumeria antigua, el hombre que engendraba un hijo con una prostituta cuando su esposa no tenía hijos, debía mantenerla y convertir al hijo de dicha unión su heredero. En Babilonia una prostituta podía casarse con un hombre libre y adquirir los derechos de la primera esposa o esposa legal, mientras que en Asiria, según una ley conocida como la Mare Estrata los hijos adquirían derecho de herencia cuando el padre no tenía descendencia con su verdadera esposa.
El rango más alto entre las prostitutas sagradas era el de entum, voz que re refiere simplemente a " una señora" o a " una dama" aunque en su forma sumeria, lukur, puede significar " novia" o " hermana del dios". Muchas eran princesas, bien hijas o hermanas del rey, pero la entum también era la hija de los dioses y vivía al servicio de una serie de deidades. No sólo estaba por encima de cualquier mancha o vergüenza sino que era inmensamente respetada en la sociedad. La propia diosa Ishtar con frecuencia era llamada " La Prostituta" y admitía de buena gana: " Soy una prostituta compasiva". La entum era ensalzada por tener " entrañas apropiadas por su pureza para el en" y cualquier falsa imputación sobre su conducta moral se consideraba de muy mal gusto. Hasta el momento de la unión con su rey-dios permanecía " virgen santa", intacta y aislada...
El incesto " sacro" era moneda corriente, ya que el propio rey de turno solía dar alguna de sus hijas para el servicio a los dioses: el rey, durante el rito del matrimonio " sacro" representaba al dios y su hija a la deidad femenina. Si la muchacha quedaba encinta y tenía un hijo varón, éste era el más respetado de todos los herederos al trono...
Continuará
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