Cirugías estética: todo comienza por la cabeza
Cómo prepararse psicológicamente antes de una cirugía estética.



Cuando alguien decide realizarse una cirugía estética para mejorar su imagen, comienzan a aparecer sentimientos como el miedo, la culpa, los prejuicios, etc. que pueden influir a la hora de tomar la decisión final.

Por eso antes de realizarla, es necesario prepararse psicológicamente para desterrar esos temores y saber el porqué real de la operación.

¿Por qué me opero?

Muchos aducen que las cirugías estéticas son simples caprichos de personas que no están conformes con su cuerpo. Los que se las hacen dicen que esto les ayudará a relacionarse mejor con la sociedad que los rodea.

Ni una cosa, ni la otra. Las cirugías estéticas ayudan a que uno se encuentre mejor consigo mismo pero no solucionan todos los problemas. Menos aún si esa cirugía se hace sólo para agradar a los demás. No hay que hacer lo que las otras personas quieren, sino saber cómo somos y cómo queremos que nos vean.

Muchas mujeres deciden hacerse cirugías estéticas para quitar complejos que las aquejan desde adolescentes. Pechos, cola, labios, son las principales partes del cuerpo que deciden retocarse. “¿Por qué me voy a seguir sintiendo mal con una parte del cuerpo a la que puedo cambiar?” , opinan las mujeres que están a favor de las cirugías.

También existen muchos mitos alrededor de las cirugías. Por ejemplo, que la fantasía de usar un talle de corpiño más grande es la condición para salir de la soledad. Las exigencias del consumo y la necesidad de sentirse joven y espléndida son cosas que se venden en la sociedad de la imagen.

Pero hay que diferenciar dos cosas: una es operarse alguna parte del cuerpo con la cual no se está conforme, y otra muy distinta operarse todo el cuerpo para parecerse a una muñeca.

En el espejo, ¿veo lo que veo?

Existe una enfermedad relacionada con la problemática de las cirugías estéticas: la dismorfofobia. Esto se da cuando alguien tiene aversión a su forma corporal –a la que percibe en forma distorsionada- cuando en realidad se trata de una figura normal. Son personas muy agresivas con su propio cuerpo. Ven en el espejo un cuerpo distinto del que realmente tienen.

Cuando alguien tiene estos problemas o cuando el resultado no es el que esperaba o imaginaba, suele sobrevenir la frustración o la depresión.

Toda operación estética trae consigo un estrés psicológico, porque inevitablemente la persona se enfrenta a situaciones desconocidas.

A esto se le suma que muchas personas que se realizan cirugías lo hacen para escapar de otros problemas: laborales, de pareja, o de edad.

A prepararse

Una cirugía estética nunca se decide de un día para el otro, se puede realizar una terapia para preparar la mente ante el cambio buscado.

Esta actividad no está muy difundida entre los cirujanos plásticos. Pero si antes de cualquier cirugía se piden análisis clínicos también deberían exigirse análisis psíquicos, y proponer una terapia adecuada para que el paciente llegue preparado a la operación.

Esto no sólo beneficiará al paciente, quien llegará bien preparado a la intervención, sino también al propio cirujano, que dispondrá de datos imprescindibles para lograr los mejores resultados posibles.