Recordemos que la democracia (el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo) no es de origen bíblico sino griego.
La teocracia es el gobierno de Dios, dirigido por Dios mismo a través de sus siervos como Moisés, Josué, Samuel.
Luego, con los reyes Saúl, David y Salomón se estableció la monarquía teocrática. El pueblo de Israel tenía reyes pero no eran elegidos por el pueblo sino que eran nombrados por Dios personalmente. Sin ningún Parlamento que representara al pueblo, ya que la Ley de Moisés servía de "poder legislativo" total y definitivo, sin alcaldes para la ciudades y con un poder judicial relativo y amordazado, supeditado a la Ley de Moisés.
Era Jehová Dios quien dictaba Su santísima voluntad a los reyes (al menos de manera muy directa y radical a los tres que he citado) y ¡ pobre del rey que desobedeciera a Jehová ! Este lo castigaba con sufrimientos en sus familias y hasta con la muerte.
Así que la teocracia que vemos en la Biblia es una verdadera DICTADURA sanguinaria que, dicho sea de paso, ha servido de ejemplo a muchos regímenes absolutistas de inspiración religiosa a través de las edades en todo el Mundo. Y hasta existe, en el sur de Francia, un grupúsculo neonazi que proclama ser fiel seguidor de Finees, el nieto del sacerdote Aarón, hermano de Moisés. Dicho movimiento local afirma, para defenderse, que no hace más que seguir el claro ejemplo de ese Finees, quien asesinó a gente que había desagradado a Jehová. Ver Números 25:7, 8, 11-13; 31:6-8.
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