Saldó una deuda de US$ 998 millones. A cambio, el FMI le extiende un acuerdo que permite cubrir vencimientos hasta agosto por US$ 11.712 millones. Y se reprograman otros 4.400 millones.
-------------------------------------------------------------------------
Después de un año de negociaciones el Gobierno y el FMI cerraron ayer el acuerdo que permitirá reprogramar vencimientos por 11.712 millones de dólares de aquí al 31 de agosto de este año. Como último paso para cerrar trato con el organismo, Argentina aceptó pagar con reservas una deuda con el FMI de 998 millones que vencía hoy. Así pagó un día antes del vencimiento. Ese dinero será reembolsado la semana próxima, cuando el 23 de enero el directorio del organismo le dé la aprobación final al acuerdo.
Por cierto, este acuerdo que dura 8 meses, mejora la imagen del país durante la transición política.
Cuando parecía que toda la negociación con el Fondo estaba empantanada y el camino hacia la cesación de pagos con ese organismo era irreversible, el acuerdo se destrabó a último momento. El miércoles a la tarde, el ministro Roberto Lavagna había embestido contra el FMI diciendo que después de haber consensuado la carta de intención "el Fondo reabrió la discusión sobre el programa monetario". Tras eso, el Gobierno decidió no pagarle al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) un vencimiento por 680 millones. Y el ministro precisó que no se pagaría ningún vencimiento hasta que no hubiera "una refinanciación acordada con el FMI".
La discusión por el programa monetario fue durísima y recién terminó ayer a la mañana. Hasta ese momento el Fondo insistía en que el Banco Central elevara las tasas de interés, para que los inversores se volcarán a estas colocaciones y así se secara el exceso de circulante del mercado.
Recién cuando desde Washington trascendió que ya no había objeciones al programa monetario, el ministro Lavagna y el presidente del Banco Central, Alfonso Prat Gay, firmaron el texto de la carta de intención, como representantes del Gobierno argentino.
Fue en medio de una reunión que sostuvieron con los enviados del Fondo, John Dodsworth y John Thornton, que anoche volvieron a Washington después de haber pasado una semana negociando en Buenos Aires.
Pero sólo cuando se conoció el comunicado del Fondo explicitando que "se había llegado a un acuerdo sujeto a ratificación de ambas partes", (el Gobierno informó oficialmente que ya se había dado la orden para pagar el vencimiento de 998 millones. En el Palacio de Hacienda explicaron que "como el acuerdo todavía no está firmado oficialmente hay que pagar ahora, y recién cuando se firme nos reembolsan el dinero".
Así termina una novela que se extendió por 12 meses y que tuvo como "villana" a Anne Krueger, la vicedirectora del FMI, que puso varias trabas. Pero la presión del Grupo de los Siete países más ricos torció la voluntad del staff hacia un final favorable a los deseos de Argentina.
El acuerdo incluye la reprogramación de los vencimientos hasta el 31 de agosto. Se trata de 6.600 millones con el Fondo, y 4.400 millones con el BID y el Banco Mundial (BM). Dentro de estos 4.400 millones están incluidos los vencimientos impagos con esos dos organismos: 680 millones con el BID y 805 millones con el Banco Mundial. Es decir que Argentina no deberá pagar estas deudas, según confirmó ayer el ministerio de Economía.
En la refinanciación acordada con el Fondo, el Gobierno incluye también los 5.112 millones que el Fondo refinanció durante el 2002. Por eso el comunicado dice que se logró una reprogramación total por 16.112 millones, computando 11.712 millones con el Fondo, y el resto con el BID y el BM. En el caso del Fondo, una parte de los vencimientos se reprograma a un plazo de entre 3 y 5 años, y el resto a 1 año como mínimo.
"Es muy importante la actitud del Fondo que entendió la necesidad de Argentina de preservar sus reservas", dijo el presidente Eduardo Duhalde en declaraciones radiales, después del anuncio del acuerdo.
El compromiso que se alcanzó con el FMI no incluye el desembolso de dinero fresco por parte de ese organismo. Pero sí permitirá que se destrabe una serie de créditos que tanto el BID como el BM habían condicionado a la aprobación del acuerdo y que ahora estaban suspendidos por el default con esos organismos. A cambio de la reprogramación, Argentina se compromete a obtener un superávit primario del 2,5% del PBI, a lograr un crecimiento del producto del 3% y a lograr que la inflación no desborde el nivel previsto en el presupuesto: 22% para este año.
Además, la carta de intención prevé que se comience a renegociar la deuda con los acreedores privados —un default que ya lleva un año y abarca a 50.000 millones de dólares— y se reestructure la banca pública. El acuerdo también incluye una cláusula gatillo que implica que si la Corte Suprema redolariza los depósitos o se produce una suba del dólar, entonces todo será renegociado. La primera revisión del acuerdo se producirá en la segunda quincena de marzo.
Annabella Quiroga
Marcadores