Parte III
[size=4]2. El canon del Nuevo Testamento desde el siglo II hasta el siglo IV.‑ Lostestimonios que poseemos de este período en favor de los Libros Sagrados del Nuevo Testamen*to son clarísimos y de gran importancia. [/size][size=4] [/size]
[size=4]Taciano Siro[/size][size=4] (hacia el año 172), sirviéndose de los cuatro evange*lios, compuso una obra llamada Diatessaron. Era una armonía evan*gélica que se divulgó mucho. Las Iglesias de Siria lo usaron hasta el siglo V. Taciano conoce también Act, 1 Cor, Rom, Hebr, Tit, Apoc. [/size][size=4] [/size]
[size=4]Marción[/size][size=4] (año 140‑170) es el testigo principal del siglo II en lo referente a la historia del canon. En su obra Antitheses rechaza todo el Antiguo Testamento, por provenir del Dios del temor, distinto del Dios del amor del Nuevo Testamento. De los escritos del Nuevo Testamento admite el evangelio de San Lucas, pero abreviado. Re*chaza los dos primeros capítulos de Lc por tener cierto sabor hebraico. Y también reconoce como canónicas diez epístolas paulinas, excep*tuando las pastorales y la de los Hebr. Los demás libros del Nuevo Testamento no son considerados como canónicos por Marción. [/size][size=4] [/size]
[size=4]No fue Marción el primero que formó el canon del Nuevo Tes*tamento, como afirman algunos autores. Antes de él ya existían colecciones de escritos sagrados que eran considerados por todos como inspirados. Esto se deduce de los testimonios que poseemos de aquel tiempo. Además, el canon mutilado del mismo Marción supone que ya existía en la Iglesia un canon, del cual se sirve a su manera. Sin embargo, la Iglesia, con motivo del canon de Marción y para opo*nerse a sus doctrinas erróneas, debió de poner más empeño y dili*gencia en determinar el verdadero canon. [/size][size=4] [/size]
[size=4]Epístola de las iglesias Lugdunense y Vienense [/size][size=4](hacia 177), que nos demuestra que en la Galia eran conocidos Lc, Jn, Act, Rom, Ef, Fil, 1 Tim, 1 Pe, 1 Jn, y muy probablemente Hebr, 2 Pe, 2 Jn. Es citado el Apoc como “Escritura”. [/size][size=4] [/size]
[size=4]San Teófilo Antioqueno [/size][size=4](hacia el año 180) considera a los evan*gelistas como inspirados, y cita a Mt y Lc. También afirma que Juan, el “Pneumatóforo”, fue el autor del cuarto Evangelio. Se sirve de casi todas las epístolas de San Pablo, y en algunos lugares cita la epístola a los Rom y la 1 Tim con la fórmula: “la palabra divina” (gr. “ho theios logos”). [/size][size=4] [/size]
[size=4]San Ireneo[/size][size=4] (año 175‑195) enseña que los escritos del Nuevo Testamento son de origen apostólico[url="http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn7"][7][/url]. Los evangelios fueron escritos por San Mateo en hebreo, por San Marcos, el intérprete de San Pedro; por San Lucas, el compañero de VIajes de San Pablo, y por San Juan, el discípulo amado del Señor[url="http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn8"][8][/url]. En sus escritos, San Ireneo cita o alude a todos los libros del Nuevo Testamento, a excepción de la epístola a Filemón, la 2 Pe, la 3 Jn y la de Jds. [/size][size=4] [/size]
[size=4]Tertuliano[/size][size=4] (año 16o‑240) combate a Marción, echándole en cara que, no siendo cristiano, no tenía derecho alguno a hacer uso de las escrituras cristianas[url="http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn9"][9][/url]. Afirma que hay cuatro evangelios, a los que llama “instrumento evangélico”. Dos fueron escritos pos apóstoles, San Mateo y San Juan, y los otros dos por hombres apostólicos, San Marcos y San Lucas[url="http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn10"][10][/url]. También cita directamente los Act y trece epístolas paulinas[url="http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn11"][11][/url]. La epístola a los Hebr la atribuye a Bernabé[url="http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn12"][12][/url]. Aduce, además, la 1 Pe, la 1 Jn, Jds y el Apoc[url="http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn13"][13][/url]. Es dudoso si hace referencia a la epístola de Sant[url="http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn14"][14][/url]. No alude a la 2 Pe ni a la 2 y 3 Jn. [/size][size=4] [/size]
[size=4]Fragmento de Muratori [/size][size=4](de fines del s. II). Fue hallado en la Biblio*teca Ambrosiana de Milán por L. A. Muratori (+1750) y editado por el mismo en el año 1740[url="http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn15"][15][/url]. Contiene el catálogo más antiguo, hasta hoy conocido, de los libros del Nuevo Testamento. Al principio está mutilado, por lo cual se ha perdido la referencia que hacía de los evangelios de Mt y Mc. En la forma actual habla de Lc, Jn, Act, 1‑2 Cor, Gál, Rom, Ef, Fil, Col, 1‑2 Tes, Flm, Tit, 1‑2 Tim, Jds, 1‑2 Jn, Apoc, 1 Pe. No son nombradas las epístolas a los Hebr, Sant y la 2 Pe. Se permite la lectura privada del Pastor, de Hermas[url="http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn16"][16][/url]. Hermas, el autor del Pastor, es llamado hermano del obispo de Roma Pío (año 140‑155), y como también afirma que el Pastor de Hermas fue escrito “nuperrime temporibus nostris” (“en nuestros días”, “hace muy poco”), se deduce que la composición del fragmento de Muratori hay que colocarla hacia mediados del siglo II, en Roma o en las cercanías de la Urbe. No se conoce su autor; pero es bastante probable que haya sido San Hipólito Romano. [/size][size=4] [/size]
[size=4]Desde principios del siglo III hasta la primera mitad del siglo IV, los testimonios de la Tradición, referentes al canon del Nuevo Testamento, son clarísimos y de gran valor. La mayor parte de las dudas existentes anteriormente desaparecen. Los escritores de este período tanto del Oriente como del Occiden*te se muestran en general acordes sobre el canon de Libros Sagrados del Nuevo Testamento. [/size][size=4] [/size]
[size=4]Clemente Alejandrino[/size][size=4] (hacia el año 180‑202). Eusebio afirma, hablando de Clemente Alejandrino, que “en los libros de las Hypotyposes teje una compendiosa narración de todas las Escrituras de ambos Testamen*tos”[url="http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn17"][17][/url]. De donde se puede deducir que conocía todos los libros del Nue*vo Testamento, incluso el Apocalipsis. Se duda si conocía las epístolas 2‑3 Jn y la 2 Pe. Hay que advertir, sin embargo, que, juntamen*te con los libros canónicos, cita otros que no lo son. Lo cual parece suponer que no sabía distinguir bien los libros canónicos de los apó*crifos. [/size][size=4] [/size]
[size=4]Orígenes (+254) era hombre muy versado en ciencias bíblicas y había recorrido todas las Iglesias principales de aquella época: las de Roma, Alejandría, Antioquia, Cesarea, Asia Menor, Atenas, Arabia. Por todo lo cual constituye un testimonio de máxima importancia y autoridad. Admite todos los 27 libros del Nuevo Testamento, consi*derándolos como canónicos[url="http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn18"][18][/url]. Aunque conoce las dudas de algunos escritores de aquella época acerca de la canonicidad de 2 Pe, de 2‑3 Jn y de Jds, sin embargo, no hace caso de ellas y admite en su canon todas las epístolas. Por el contrario, conociendo igualmente los apócri*fos, no los recibe en el canon de los Libros Sagrados[url="http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn19"][19][/url]. [/size][size=4] [/size]
[size=4]San Hipólito Romano (+[/size][size=4]hacia 258‑260). Tiene mucha importancia su testimonio por ser intérprete excepcional de la Iglesia romana. En sus escritos, San Hipólito cita todos los libros del Nuevo Testamento, exceptuando las epístolas de Flm, 2 y 3 Jn. El Fragmento de Muratori, que diversos autores atribuyen a San Hipólito[url="http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn20"][20][/url], contiene todos los libros canónicos del Nuevo Testamento, menos la epístola a los Hebr, Sant y 2 Pe.[/size]
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